2019: Un año de clamor por más dignidad, conciencia ecológica y profundos cambios a nivel eclesial y social

Encuentros, documentos y decisiones en busca de una mayor protección de los menores y enfrentar los abusos como una sola Iglesia. El Pueblo de Dios que peregrina en Chile inicia un camino de renovación a través de un proceso de discernimiento sinodal y participativo. Redes que se unen por la delicada situación de cientos de migrantes y el llamado a decretar alerta climática en vista a la COP 25. Encuentro que finalmente no se desarrollaría en Chile, debido a una grave crisis que lleva al país a la necesidad de asumir urgentemente un nuevo pacto social ante desigualdades e injusticias no enfrentadas por décadas.

Representantes de las diversas conferencias episcopales del mundo fueron convocados para afrontar como prioridad “La protección de los menores en la Iglesia”, encuentro que se desarrolló en Roma, entre el 21 y el 24 de febrero. Diversos serían los momentos de interpelación que el Papa y los obispos presentes encararían, ya sea en la voz de víctimas de abusos, como de la decana de la prensa vaticana. Jornadas de escucha, reflexión y llamados a tomar medidas perentorias.

Varias decenas de comunicados sobre investigaciones previas son dados a conocer durante el año desde diversas diócesis y congregaciones religiosas en Chile. Cientos de agentes pastorales se suman a la formación en prevención de abusos. La justicia civil falla a favor de los denunciantes del caso Karadima. Desde la crisis, el Pueblo de Dios que peregrina en Chile busca asumir “la unción del Espíritu” que el Papa señaló en 2018. Se inicia un proceso nacional de encuentros, donde la escucha es fundamental, en búsqueda de nuevas formas de ser Iglesia. El cambiar las maneras de relacionarnos, el poder leer mejor la realidad, “los signos de los tiempos”, el revisar seriamente las estructuras de la Iglesia. Que cada comunidad discierna el querer de Dios y tome opciones. Un camino que continuará en 2020 motivando a sumarse a la mayor cantidad de grupos y comunidades posibles.

Al mismo tiempo, la religiosidad popular se expresa en diversas manifestaciones de devoción y convocatorias masivas de oración por el país. Algunas se dan en el contexto de las custodias peregrinas en los congresos eucarísticos diocesanos y también durante la peregrinación por diversas diócesis de la imagen de la Virgen de Fátima. Un momento especial de oración por Chile se viviría el 8 de diciembre, en que se consagraría a la maternal protección de la Virgen al país.

En tanto, nuevas normas son dadas a conocer por la Santa Sede. Motus prorio y directrices sobre la protección de los menores y personas vulnerables, nuevos procedimientos para denunciar abusos, y la obligación de las diócesis de implementar sistemas de acceso público para recibir informes. Nuevas leyes para el Vaticano y la reciente derogación del Secreto Pontificio en casos de abusos.

Por otra parte, el cambio de políticas migratorias genera una inusual crisis humanitaria de ciudadanos venezolanos en puestos y ciudades fronterizas de Chile y Perú. La red de la Iglesia Migrante, liderada por el Instituto Chileno Católico de Migración y otras redes eclesiales hacen llamados a reconsiderar dichas medidas y se dispusieron a acompañar a las familias abandonas a su suerte. Un primer llamado de atención para una sociedad que debería enfrentar nuevos gritos ante demandas y tensiones sociales no resueltas por décadas.

Llamados a una mayor conciencia ecológica y a decretar “emergencia climática”, se suceden desde distintas agrupaciones de la sociedad. La 25ª Conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizaría a finales de año en Chile, genera el nacimiento de nuevas coordinaciones entre instancias civiles y espiritualidades. Francisco convoca al Sínodo Panamazónico para reflexionar sobre el tema “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. La ciudadanía, sensibilizada por una seria sequía que afecta a diversas regiones del país, entiende que la emergencia es real.

Tan real como el agobio de muchas personas que se ven enfrentadas a una nueva alza en el valor del transporte público en Santiago. Una situación que lleva a estudiantes secundarios a movilizarse. Hasta que el 18 de octubre el descontento estalla y se vuelve masivo y extensivo a casi todo el país. Se suceden semanas de movilizaciones pacíficas, pero también de saqueos, destrozos y violencia a funcionarios públicos. Se suman decretos de estado de emergencia, toque de queda, violaciones a los derechos humanos, heridos y muertes. Clases suspendidas, jornadas laborales trastocadas. Eventos como la COP 25 se llevan a otras latitudes. La Iglesia, desde sus diversas voces, llama a trabajar por la paz como fruto de la justicia. Los obispos invitan a las comunidades católicas a mantenerse en oración y a la participación activa en diálogos, cabildos y toda instancia civil de discusión sobre una nueva Constitución y pacto social. También recuerdan la disposición al servicio, anunciando y denunciando al estilo de Jesús. Escuchando, socorriendo y dando consuelo, a través de diversas iniciativas solidarias por los más pobres y vulnerables. Abriendo el corazón a los signos de los tiempos, que nos interpelan fuertemente, dando continuidad al proceso de discernimiento para la renovación de la Iglesia.

Chile despertó, se ha dicho desde distintos sectores. Un desafío y un camino que deberemos transitar juntos en 2020.

Estos y otros hechos que marcaron el 2019, en el resumen noticioso de iglesia.cl que se puede revisar a continuación:

Ir al especial.

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Fuente: Comunicaciones CECh, www.iglesia.cl

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