La verdadera conexión con Dios requiere de una búsqueda sincera y dedicada, y no podemos esperar comprender su amor y grandeza de manera instantánea.
En la teoría de la relatividad especial de Einstein, se presenta un fascinante concepto conocido como la «paradoja de los gemelos». Imagina a dos gemelos idénticos: uno viaja al espacio a una velocidad cercana a la de la luz, mientras que el otro permanece en la Tierra. Según la teoría de Einstein, cuando el gemelo viajero regresa a la Tierra, descubrirá que ha envejecido menos que su gemelo que permaneció en casa. La pregunta es: ¿quién vivió más?
Trasladémonos esto a nuestra realidad. Vivimos en un apuro constante y buscamos que todo ocurra de forma inmediata. Las redes sociales, las aplicaciones de streaming e incluso las noticias nos mantienen activos minuto a minuto. Esto hace que perdamos de vista la realidad que nos rodea. En la vida, no todo sucede con prisa, pero como nos hemos acostumbrado a la rapidez, nos sentimos incómodos cuando las cosas no suceden en el tiempo que deseamos.
Vivimos en un apuro constante y buscamos que todo ocurra de forma inmediata.
Lo mismo ocurre con la espiritualidad. Hoy se habla de una espiritualidad anticuada o alejada de la realidad, que no se ajusta a los tiempos actuales. Pero, lamento decirte que me alegra que sea así. Dios no actúa a nuestra velocidad, porque el amor lleva tiempo, y cuando deseamos entablar una conexión con alguien, nos tomamos el tiempo necesario para conocerle. Sin embargo, en la espiritualidad, pensamos que con solo leer un resumen en internet o ver la serie religiosa más popular, nos basta para conocer a Dios.
La verdadera conexión con Dios requiere de una búsqueda sincera y dedicada, y no podemos esperar comprender su amor y grandeza de manera instantánea. Puede que en la vida busquemos viajar cercanos a la velocidad de la luz, pero cuando regresemos al presente nos pasará como al gemelo que se fue, solo veremos el tiempo pasar sin contexto, sin historia y sin vida.
Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.