Amnistía Internacional: Récord de condenas a muerte en 2024

El año pasado se registraron al menos 1.518 ejecuciones, la cifra más alta desde 2015. Irán, Irak y Arabia Saudita fueron responsables del 91% de las ejecuciones. La pena de muerte utilizada como herramienta de represión contra manifestantes y grupos étnicos.

1.518: esta es la enorme y dramática cifra de personas condenadas a muerte en todo el mundo en 2024, según el informe habitual de Amnistía Internacional. Una cifra que por un lado es la más alta desde 2015, por otro lado pone de relieve cómo el número de Estados que han ejecutado condenas a muerte es el más bajo jamás registrado.

DÓNDE SE CONCENTRA EL MAYOR NÚMERO DE CONDENAS

Una tímida esperanza, esta última, que sin embargo debe afrontar una realidad mucho más amplia y sangrienta, sobre todo en una zona tan compleja como Oriente Medio. Según Amnistía Internacional, aquí se concentra el mayor número de condenas a muerte. En particular, el informe destaca que «Irán, Irak y Arabia Saudita fueron responsables del aumento general de las ejecuciones conocidas». En conjunto, estos tres países registraron 1.380 ejecuciones. Irak casi cuadriplicó sus ejecuciones (de al menos 16 a al menos 63), Arabia Saudita duplicó su total anual (de 172 a al menos 345), mientras que Irán ejecutó a 119 personas más que en 2023 (de al menos 853 a al menos 972), lo que representa el 64 por ciento de todas las ejecuciones conocidas.

ESTIMACIONES AÚN PARCIALES

Sin embargo, continúa Amnistía, «las cifras conocidas no incluyen las miles de personas que se cree han sido ejecutadas en China, que sigue siendo el país con el mayor número de ejecuciones del mundo, así como en Corea del Norte y Vietnam, donde se cree que la pena de muerte todavía se aplica ampliamente». Además, continúa el informe, las crisis actuales en Palestina y Siria no permitieron a Amnistía confirmar cifras precisas. Los temores de que estas cifras sean inferiores a la realidad se deben también al caso de la República Democrática del Congo, donde el gobierno ha anunciado su intención de reanudar las ejecuciones, y de Burkina Faso, donde las autoridades militares han declarado su intención de reintroducir la pena de muerte para los delitos comunes. En general, los cinco países con el mayor número de ejecuciones registradas en 2024 fueron China, Irán, Arabia Saudita, Irak y Yemen.

«Las cifras conocidas no incluyen las miles de personas que se cree han sido ejecutadas en China, que sigue siendo el país con el mayor número de ejecuciones del mundo, así como en Corea del Norte y Vietnam, donde se cree que la pena de muerte todavía se aplica ampliamente».

EL RIESGO DE INSTRUMENTALIZACIÓN

A pesar de que el derecho internacional de los derechos humanos exige que la pena de muerte se limite a los «delitos más graves», más del 40 por ciento de las ejecuciones en 2024 fueron por delitos relacionados con las drogas, que están fuera del umbral establecido por los estándares internacionales. De hecho, una tendencia bastante peligrosa —observada también en el informe— es la instrumentalización de la pena de muerte como pretexto para mejorar la seguridad pública o sembrar miedo entre la población. En un mundo cada vez más caracterizado por la necesidad de «seguridad» e «independencia», Amnistía Internacional citó a Estados Unidos, donde «las ejecuciones han aumentado constantemente desde el final de la pandemia de Covid-19, con 25 personas ejecutadas, en comparación con 24 en 2023», y «el recién elegido presidente Donald Trump ha pedido repetidamente la pena de muerte contra ‘violadores violentos, asesinos y monstruos’».

SOLO 15 PAÍSES EJECUTARON SENTENCIAS DE MUERTE

Pero entre muchas sombras, hay una luz cada vez más brillante: en 2024, solo 15 estados ejecutaron sentencias de muerte, la cifra más baja jamás registrada. El frente abolicionista crece: 113 países han eliminado completamente la pena de muerte y un total de 145 ya no la aplican, ni en la ley ni en la práctica. Zimbabwe marcó un punto de inflexión histórico al abolir la pena de muerte para los delitos comunes, mientras que Malasia redujo la población condenada a muerte en más de mil gracias a reformas de gran alcance. En Japón, Hakamada Iwao ha sido absuelto después de casi cincuenta años en el corredor de la muerte. Y en 2025, en Alabama, a Rocky Myers le conmutaron la pena de muerte por cadena perpetua. Señales claras de que el cambio es posible, como se vio en la ONU, donde, por primera vez, más de dos tercios de los Estados miembros votaron a favor de la resolución a favor de una moratoria mundial sobre la pena de muerte. No es casualidad que este signo de esperanza llegara el pasado 17 de diciembre, en vísperas del Jubileo, el año de la esperanza.


Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.

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