Andrea Araneda: «El inicio de un cambio está en el ánimo colectivo»

“El eje de mi trabajo se fundamenta en el rescate de los errores, permitiendo un caos que se sincroniza durante el proceso, que no pretende ser ocultado y que busca evidenciar la contradicción de la existencia”, señala esta artista magallánica, que recurre a la instalación y la pintura como lenguajes para abordar temas de investigación indígena, historias del poblamiento y contingencia de la región. En 2014 fue una de las fundadoras del movimiento cultural La Porfía, cuyo nombre se inspira en el tesón necesario para pertenecer y permanecer en una región apartada, y donde el clima y la desconexión muchas veces han jugado en contra de sus habitantes.

—¿Qué debería preocuparnos del presente?

Creo que en el presente lo fundamental es la capacidad de tener conciencia. Buscar saber quién se es, conocer las limitaciones y los talentos propios de cada individuo. Con ello, abrazar nuestra sombra y liberarnos de su posible control, y al mismo tiempo desarrollar nuestra máxima potencia. Al ser capaces de comprender nuestra individualidad, seremos capaces de comprender al otro, y es desde ahí, quizás, desde donde podemos empezar a vivir en una trama humana y natural más armónica.

—¿Qué cree usted que lo está cambiando todo?

Honestamente, no tengo claro si es que hay algo que lo esté cambiando todo. Vivimos en una época de mucho desarrollo tecnológico junto a todo lo positivo y negativo que ello conlleva. Pero muchas de las problemáticas del ser humano continúan siendo las mismas que desde hace muchísimos años. Quizás el inicio de un cambio está en un ánimo colectivo, que vemos a través de la expresión de diversos movimientos, que buscan, justamente, la toma de consciencia sobre cómo estamos viviendo hoy en el planeta, desde nuestro comportamiento material y espiritual.

—¿Sobre qué es usted optimista?

Soy optimista sobre las generaciones jóvenes. Siento que vienen con menos prejuicio y están quebrando con la estructura de vida que hemos conocido hasta hoy, donde, por ejemplo, el tiempo de ocio es sinónimo de flojera, o donde tu tendencia sexual es condenable, o donde solo un concepto de éxito es el válido, entre tantos, tantos otros ejemplos que podría dar.

Al mismo tiempo, soy optimista sobre los creadores en general, sobre los artistas, escritores, músicos, etc., y los pensadores. Todos ellos nos conectan con la esencia del ser humano y de la existencia, nos ayudan a la toma de consciencia y a, finalmente, comprender que, en este bitmap infinito, somos un pixel más.

—¿Qué mensaje daría usted a la humanidad del siglo XXI y qué considera clave para el futuro?

Considero clave para el futuro formar individuos que puedan desarrollar su grandeza, pues absolutamente todos los seres humanos la tienen. Y para esto un cambio de paradigma en la educación es fundamental. Necesitamos una educación que entregue herramientas para reflexionar y de autoconocimiento. Una educación que vea un tesoro en las diferencias. Una educación que los mide a todos por igual no nos sirve. Una educación que solo entrega conocimientos no nos sirve. Una educación donde la forma importa más que el fondo no nos sirve. MSJ

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Andrea Araneda es artista magallánica, licenciada en Artes Plásticas en la Universidad de Chile. Entre 2001 y 2005 vivió en Florencia, Italia, donde asistió a la Academia de Bellas Artes y realizó un curso bienal de perfeccionamiento en Artes Gráficas en el Instituto de Porta Romana. Desde el 2005 hasta hoy, vive y trabaja en Punta Arenas. La instalación y pintura son los lenguajes utilizados para abordar investigación indígena, historia del poblamiento y contingencia de la región. En el 2014 fue una de las fundadoras del movimiento cultural La Porfía.