Ya no es la última moda, pero los que vamos teniendo cierta edad nos enteramos siempre más tarde que la media de cuál es el nuevo juguete que nos ofrece internet. Yo me enteré de la existencia de BeReal en medio de una reunión scout. Una notificación asaltó a los monitores presentes y de repente todos sacaron sus móviles e hicieron una foto: “Be real!”. Fue el grito de guerra.
La idea base de BeReal es precisamente la eliminación de los filtros por los que las redes sociales habituales hacen que pasemos a la realidad. Solo dos minutos para publicar al día, solo una foto y ningún filtro. Un retrato auténtico, banal, aburrido de nuestro día a día. Fotos de reuniones, de cervezas, de metro, de pijamas y caras de sueño. Pocas playas paradisíacas, pocos cuerpos perfectos. Más realidad que virtualidad. No hay seguidores, no hay “me gustas”. Solo compartir momentos del día a día, con toda la autenticidad del directo.
La idea base de BeReal es precisamente la eliminación de los filtros por los que las redes sociales habituales hacen que pasemos a la realidad. Solo dos minutos para publicar al día, solo una foto y ningún filtro.
Esto es, seguro que lo estás pensando igual que yo, poner patas arriba todo el paradigma de las redes sociales en el que estamos inmersos. Es el final de las métricas, los mejores horarios para publicar, las audiencias. Es la red social en la que da igual si tienes mil o diez mil seguidores, o cien mil. Las conexiones entre personas no se hacen en función de la estrategia, sino de la realidad que se comparte. Quizás por eso ha sido una propuesta minoritaria y parece que la ola de éxito ya se les está pasando.
A fin de cuentas, no es tan satisfactorio. La banalidad del día a día, sin las recompensas de los “me gustas” y las listas de seguidores que crecen, no es tan atractiva, a todos nos gusta creer que tenemos un público que nos sigue enfervorizado. La gran mayoría tenemos, lo digamos o no, vocación de estrella del rock. O quizás sea porque tenemos bien asentado que las redes sociales son un escape de la realidad, no una ventana hacia ella… Pero lo cierto es que para algunos ha sido una experiencia que al menos nos ha hecho reflexionar sobre nuestro uso de las redes, y sobre la poca importancia que tiene en realidad llegar a mucha gente que no conoces. Me tranquiliza saber que algunos siguen prefiriendo las fotos de gente despeinada, las publicaciones de improviso, las palabras no tan medidas para llegar lo más lejos posible.
Fuente: https://pastoralsj.org / Imagen: Pexels.