Camerún: Honrando la resiliencia de las mujeres refugiadas

Las mujeres y niñas refugiadas son particularmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y física por motivos de género y, en algunos casos, eso es lo que las empujó a abandonar sus países.

La violencia contra las mujeres, una de las más devastadoras violaciones de los derechos humanos, tiene consecuencias psicológicas, sexuales y de salud reproductiva que pueden afectar a las mujeres durante años.

Las mujeres y niñas refugiadas son particularmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y física por motivos de género y, en algunos casos, eso es lo que las empujó a abandonar sus países.

Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (N. de la R.: celebrado el lunes 25 de noviembre), reafirmamos nuestro compromiso de dar protección y apoyo psicosocial a las mujeres refugiadas.

Hacemos eco de las palabras del Papa Francisco: «No nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes, sean pisoteadas en su dignidad».

Lea los testimonios de estas mujeres refugiadas que viven en un campamento en Camerún. A pesar de su pasado traumático, sacaron fuerzas para aprender a leer y escribir mediante los cursos de alfabetización del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y animaron a otras mujeres a rehacer sus vidas.

DAE

«Solo por ser mujeres soportamos desafíos, como ser condenadas a la desigualdad desde el momento en que nacemos».

Dae es una refugiada que vive en Camerún. Fue reelegida presidenta de la Asociación de Mujeres de Gado dos veces consecutivas. «Aprovechando mi cargo como presidenta de la asociación, trato de ayudar a todas las mujeres de la comunidad dándoles confianza».

ADIDJA

Cuando era niña, Adidja, una refugiada de la República Centroafricana, nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela. «Me ha causado un gran daño, porque siempre quise ser como los otros niños y niñas que sabían leer y escribir».

Ahora asiste a los cursos de alfabetización del JRS en Bertoua, Camerún: «Me siento muy orgullosa. Creo que lo puedo hacer todo en esta vida, ahora que sé leer y escribir».

WABI

A pesar de un pasado traumático, ahora Wabi es la presidenta de la Asociación para la Paz y la Vida en el campamento de refugiados de Gado y, como estudiante, también es promotora de los cursos de alfabetización del JRS.

«La asociación es, sobre todo, un lugar donde podemos compartir nuestros problemas y echar el trauma fuera de nuestros corazones».

FATOU

«Hay muchas mujeres solas en los campamentos, algunas de las cuales perdieron a sus maridos durante la guerra, y siendo muchas analfabetas. Cuando las personas no saben leer ni escribir, se ven obligadas a realizar actividades que suponen un gran riesgo para ellas».

Fatou es la presidenta de la Asociación contra la Pobreza en el campamento de refugiados de Gado, Camerún.

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Fuente: https://jrs.net

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