“Franqueza de la palabra y humildad en la escucha”: es lo que pide el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, en su videomensaje enviado a la Asamblea continental de las Iglesias de Norteamérica, desde el lunes y hasta el viernes 17 de febrero reunida en Orlando, Florida, para vivir la segunda fase de preparación del Sínodo sobre la Sinodalidad.
Sínodo que tendrá lugar en dos sesiones espaciadas en un año: la primera del 4 al 29 de octubre de 2023, y la segunda en octubre de 2024, ante la presencia de todos los obispos.
DOCUMENTO FINAL
Las Iglesias en Estados Unidos y en Canadá están llamadas a redactar un documento, como hace cada Asamblea continental, basado en lo debatido por las diócesis durante las miles de sesiones de escucha y reuniones informales del año pasado, que ofrecieron a católicos y no católicos la oportunidad de discernir sobre el papel de la Iglesia en el mundo.
El documento final debe presentarse antes del 31 de marzo de 2023. Los documentos de las siete Asambleas continentales —Asia, África, América Latina, América del Norte, Oceanía, Europa y Oriente Medio— servirán de base para el Instrumentum laboris, que estará terminado en junio.
LA ASAMBLEA CONTINENTAL, UN MOMENTO DE CRECIMIENTO
Agradeciendo el trabajo realizado hasta ahora, el cardenal instó a los obispos a “trabajar para que las Asambleas continentales sean un momento más de crecimiento”; a cultivar “una actitud exquisitamente sinodal que es la del diálogo”, visto como “el único camino por el que podemos crecer como Iglesia”; y a “hablar con valentía y sinceridad, es decir, integrando la verdad y la caridad con una profunda libertad interior”.
“NO TENGAN MIEDO DE HABLAR”
Por ello, el secretario general del Sínodo de los Obispos hizo un llamamiento a hablar con franqueza, acompañada siempre de la humildad de la escucha. Esto, dijo, “es importante durante todo el Sínodo y también durante las Asambleas continentales”.
“No tengan miedo de hablar. No tengas miedo de escuchar, de esforzarte por acoger y comprender a los demás. Tampoco tengan miedo de cambiar de opinión según lo que oigan”.
DIOS ACTÚA EN LA HISTORIA DEL MUNDO
Por último, subrayando que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista del camino sinodal, y quien indicará el camino a seguir, el cardenal Grech concluyó invitando a las Iglesias a “un ejercicio eclesial de discernimiento basado en la convicción de que Dios actúa en la historia del mundo, y concretamente en los acontecimientos y situaciones que el Pueblo de Dios vive en todos los continentes”. Por tanto, dijo, “cuanto más capaz sea el discernimiento de cada Asamblea de reconocer lo que el Espíritu sugiere a las Iglesias de cada continente, más estimulante será la Asamblea sinodal del próximo mes de octubre”.
“Un ejercicio eclesial de discernimiento basado en la convicción de que Dios actúa en la historia del mundo, y concretamente en los acontecimientos y situaciones que el Pueblo de Dios vive en todos los continentes”.
Por otra parte, y tras una oración por las víctimas del terremoto que sacudió Siria y Turquía, el padre Khalid Alwan, secretario general del Consejo de Patriarcas Católicos de Oriente y coordinador general de la Asamblea sinodal, inauguró los trabajos de la Asamblea Continental para Oriente Medio en Líbano, en el hotel Bethania-Harissa, recordando lo que denominó la hoja de ruta sinodal: la carta de 1992 en la que los Patriarcas católicos de Oriente hablaban de la presencia cristiana en Oriente, como testimonio y mensaje, encarnados en la herencia árabe, al servicio del hombre sin distinción ni discriminación.
LO QUE UNE: LAS LIBERTADES CONCULCADAS Y EL DESEO DE LUCHAR CONTRA LOS MALES SOCIALES
Una presencia, la cristiana, basada en el espíritu ecuménico y el diálogo interreligioso para una cooperación común. Estos días se reúnen siete Iglesias católicas: coptos, siriacos, maronitas, melquitas, caldeos, armenios y latinos, venidos de Tierra Santa, Jordania, Líbano, Siria, Egipto, Irak y Armenia, para escuchar “lo que el Espíritu dice a las Iglesias” y rezar y reflexionar juntos sobre las preocupaciones comunes y compartir las aspiraciones futuras con una esperanza que no defrauda. “Nos unen muchas cosas, nos unen las condiciones de nuestros países, donde todos carecemos a menudo de libertad de creencia, de libertad de expresión, de libertad para las mujeres y los niños”.
“Todos intentamos —se dijo—, según nuestras energías, luchar contra la corrupción en la política y la economía. Todos buscamos practicar la transparencia en nuestras instituciones religiosas y sociales, y deseamos practicar una ciudadanía responsable y luchar contra la pobreza y la ignorancia. Todos sufrimos la emigración de nuestros hijos, cuyos horizontes de una vida digna se han estrechado. Sin embargo, a nosotros, hijos de la Iglesia, no solo nos unen las preocupaciones y las dificultades de la vida, sino también un mismo bautismo, una misma fe, un mismo amor y una misma esperanza”.
EN ORIENTE, “O SOMOS CRISTIANOS JUNTOS O NO LO SOMOS”
El padre Alwan destacó la diversidad de las expresiones litúrgicas de las Iglesias de Oriente, pero también la originalidad de su espiritualidad y de sus horizontes teológicos, la fuerza de su testimonio a lo largo de los siglos, y a menudo hasta el martirio. Habló de la diversidad en la Iglesia como un elemento que siempre ha sido fuente de enriquecimiento a nivel universal.
“Desgraciadamente —explicó—, se ha convertido en división a causa de los pecados de los hombres y de su alejamiento del Espíritu de Cristo. Sin embargo, lo que nos une es más importante que lo que nos separa, y no nos impide reunirnos y colaborar. Uno es la llamada, otro el testimonio, otro el destino”. Por lo tanto —continuó el padre Khalid—, estamos llamados a trabajar juntos, de diversas maneras y medios, para consolidar las raíces de los creyentes que se nos han confiado, en un espíritu de fraternidad y amor, en los diversos campos a los que nos impulsa el bien común de todos los cristianos. En Oriente, o somos cristianos juntos o no lo somos, subrayó, señalando que si las relaciones entre las Iglesias de Oriente no siempre han sido buenas por muchas razones, internas y externas, ha llegado el momento de “purificar la memoria cristiana de los depósitos negativos del pasado”.
LA SINODALIDAD TIENE AQUÍ UNA LARGA TRADICIÓN
El cardenal Jean-Claude Hollerich, coordinador de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, se declaró honrado de estar presente en Oriente Próximo, donde “la sinodalidad tiene una larga tradición”. Es mi deseo experimentarlo y aprender de vosotros, añadió, subrayando también que “caminar juntos” es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no de poner en práctica.
El cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, reiteró, como ya había hecho en la Asamblea Europea de Praga, que la práctica del Sínodo nunca enfrenta a los obispos y al pueblo de Dios, sino que los mantiene en una relación constante, que permite a ambos cumplir su función. “La Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha”, dijo, señalando que esto no puede ni debe reducirse a una frase retórica. “Estoy seguro —dijo— de que por este camino será posible avanzar también en el diálogo ecuménico”.
SER IGLESIA SINODAL ES ESCUCHAR AL ESPÍRITU
El siguiente orador fue el cardenal Mar Bechara Boutros Al-Rahi, quien recordó el texto rector de los trabajos hasta la fecha, el Documento de la fase continental, que es el resultado de la primera fase consultiva a nivel local. El Patriarca maronita señaló a continuación los dos temas fundamentales del viaje sinodal: ¿cómo se realiza hoy, local y globalmente, este “caminar juntos” que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio según el mensaje que se le ha dado? Y luego, ¿qué otros pasos nos urge a dar el Espíritu Santo para crecer como Iglesia sinodal? No se trata de una cuestión puramente académica, sino de inspirarse en la oración, y escucharse unos a otros, para definir las prioridades que se estudiarán en la próxima Asamblea General. (RD/VN)
Fuente: www.religiondigital.org / Imagen: FreeImages.