Carta a la 70ª Semana Litúrgica Nacional.
En una Carta con motivo de la 70ª Semana Litúrgica Nacional, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, transmitió el saludo del Papa y exhortó a comprender mejor el significado y el lenguaje simbólico de la liturgia, incluyendo el arte, el canto, la música y el silencio.
Difundir la “formación litúrgica” para ayudar al Pueblo de Dios a amar la liturgia como “experiencia de encuentro con el Señor y con los hermanos”, orientada a la conversión, que hace capaces de amar y servir a los hermanos como lo hizo Cristo. Esta es la misión a la que anima el cardenal Pietro Parolin al dirigirse a quienes participan en la 70ª Semana Litúrgica Nacional, reunidos en la localidad italiana de Mesina desde el 26 al 29 de agosto.
En efecto, cada año, cientos de personas se reúnen en una diócesis de Italia. Y este año reflexionan sobre el tema: “Liturgia: llamada para todos a la santidad bautismal”.
En su Carta dirigida a monseñor Claudio Maniago, Obispo de Castellaneta y Presidente del Centro de Acción Litúrgica, que organiza el evento, el Cardenal pide, precisamente, que se ayude las comunidades “a interiorizar mejor la oración de la Iglesia”, redescubriendo sus contenidos y observando sus ritos. “La liturgia será auténtica, es decir, capaz de formar y transformar a los que participan en ella” —explica el cardenal Parolin— si los pastores y los laicos “aprenderán cada vez mejor a captar su significado y su lenguaje simbólico, incluyendo el arte, el canto y la música al servicio del misterio celebrado, entendiendo también el silencio”.
SANTIDAD Y LITURGIA
En el centro de la iniciativa de la Semana Litúrgica Nacional se destaca, de hecho, la importancia de profundizar la renovación litúrgica querida por el Concilio Vaticano II. Y el cardenal Parolin desvela el vínculo entre la santidad y la liturgia al referirse de modo especial a la Constitución del Concilio sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium.
Los padres conciliares, recuerda, “insisten en que la liturgia, en el momento en que celebra la santidad, santifica a los que participan en ella”, tal como lo recordó el Papa Francisco al afirmar: “La liturgia es vida para todo el pueblo de la Iglesia”. “En la liturgia, la santidad inaccesible de Dios”, de hecho, “se comunica en Cristo con el rostro de la misericordia, del amor gratuito y la Liturgia permite a los hombres vivir su propia vida”.
De manera que, por tanto, el Papa desea que precisamente de esta Semana “madure la conciencia de que la liturgia es un lugar privilegiado en el que la santidad de Dios nos atrae hacia Él”.
DE LA LITURGIA LA CONVERSIÓN PARA COMPORTARSE COMO EL SEÑOR
En la Eucaristía el Espíritu Santo nos hace partícipes de la vida divina que “transfigura todo nuestro ser mortal, haciéndolo capaz de amar” como hizo Cristo y ofreciendo la propia vida al servicio de los hermanos. La liturgia es, de hecho, “una experiencia orientada a la conversión de la vida a través de la asimilación del modo de pensar y de actuar del Señor”, evidencia el cardenal Parolin, recordando las palabras del Papa Francisco en la audiencia del pasado mes de febrero a los participantes en la Plenaria de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En su discurso, el Santo Padre recordó también que la liturgia no es el “campo del bricolaje” y no puede reducirse a “recetas y corrientes justas”, sino que debe ser acogida con docilidad y promovida con amor: en las oraciones y en los gestos resuena el “nosotros” y no el “yo”, la comunidad real.
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Fuente: www.religiondigital.org