Carta de fin de año del director internacional del Servicio Jesuita a Refugiados

A medida que disminuye la posibilidad de repatriación de los migrantes forzosos en todo el mundo, la necesidad de integrar a los refugiados en las nuevas comunidades se hace más y más urgente.

Queridos amigos y amigas,

La verdadera medida de cualquier sociedad se puede encontrar en la forma en que esta trata a sus miembros más vulnerables.

Mahatma Gandhi no daría a nuestra sociedad una buena nota por su tratamiento a las personas desplazadas por la fuerza este año. Pero en medio de la xenofobia y el cierre de las fronteras, hay esperanza.

En una audiencia el pasado febrero, el Papa Francisco enfatizó cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados. Su enfoque en estos verbos de acción en primera persona —yo y nosotros— es un llamamiento a que todos se vean a sí mismos y a los demás, a pesar de las diferencias, como parte del “nosotros”. Debemos acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados. Eso es lo que hizo exactamente el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) este año.

Desde Bruselas hasta Bangkok, desde Addis Abeba hasta Amán, nuestro mensaje ha sido acoger a quienes buscan seguridad y una nueva vida. A través de su campaña “I Get You”, el JRS Europa exploró cómo construir una cultura de encuentro y acogida de nuestros hermanos y hermanas migrantes en toda la región.

El JRS siguió centrándose en la educación en 2017, considerándola la mejor manera de proteger a los niños pequeños y darles esperanza en un futuro. Mejoramos la calidad de la escolarización y el número de cursos de educación ofrecidos en el Chad, Afganistán y en otros lugares con proyectos del JRS, a la vez que ampliamos nuestros programas de formación de docentes en Oriente Medio, África y Asia.

Promover a las personas desplazadas por la fuerza significa darles la oportunidad de desarrollar habilidades que les garanticen la seguridad económica. Los Centros de Formación Arrupe en Johannesburgo y Pretoria, Sudáfrica, lo hacen para las mujeres refugiadas de toda África. Entre las habilidades impartidas hay belleza y manicura, formación informática e incluso repostería francesa. Probé las seis variedades en mi visita de este año, ¡y estaban geniales!

A medida que disminuye la posibilidad de repatriación de los migrantes forzosos en todo el mundo, la necesidad de integrar a los refugiados en las nuevas comunidades se hace más y más urgente. Con el 60% de los refugiados viviendo en las ciudades, el acompañamiento psicosocial del JRS desempeña un papel clave para ayudar a los refugiados y solicitantes de asilo en entornos urbanos a forjarse una nueva vida.

Con su apoyo, el JRS continuará poniendo en práctica estos cuatro verbos. Juntos, podemos ofrecer dignidad y esperanza a nuestros hermanos y hermanas desplazados en 2018 y más allá.

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Fuente: http://es.jrs.net

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