Una de las enfermedades más complicadas de tratar en América Latina.
Mientras el mundo entero está en alerta por miedo al Coronavirus, en América Latina está muriendo gente a causa del Mal de Chagas, una enfermedad desatendida, causada por una “chinche” y de la que nadie habla. La infección en el insecto, descubierta en 1909 por Carlos Chagas en Brasil, ha llegado a tener una incidencia superior a la del Sida en algunas localidades de otros países afectados, como Bolivia. Causada por un parásito hemoflagelado que se reproduce en el interior de las células y circula en la sangre, la infección se introduce en el organismo humano no por la picadura de “la chinche”, sino por el hábito de dicho insecto de defecar sobre la picadura, de manera que, al rascarse y provocarse una herida, la infección que contiene en sus heces entra en el cuerpo.
LA APORTACIÓN DE MANOS UNIDAS
Debido a la altísima tasa de mortalidad demográfica recogida en el Centro y Sur del continente americano, en 1999 se comenzó a solicitar ayuda internacional a organizaciones como Manos Unidas.
Estos días hemos tenido la oportunidad de charlar con Marcel Orgaz, representante de la Mancomunidad de Municipios de Chuquisaca, quien ha trabajado durante muchos años como socio local con Manos Unidas. Orgaz no olvida y agradece los años de esfuerzo y trabajo mejorando las condiciones de vivienda tan precarias para evitar la entrada de este insecto o la propagación de otras enfermedades, así como los proyectos de educación y sostenibilidad que ha mantenido allí la Organización ya que, gracias a esta ayuda, el porcentaje de infectados ha logrado descender del 90% al 15% debido al programa de prevención que apoya Manos Unidas en Bolivia, única alternativa actual al problema, ya que el insecto no parece que vaya desaparecer y el tratamiento, hasta ahora, únicamente está teniendo efecto en los menores de 5 años.
Orgaz, durante su paso por los Servicios Centrales de Manos Unidas, también nos habló de los problemas económicos a los que se enfrenta Bolivia en la actualidad, ya que la mayor parte de la población activa se dedica a la agricultura, sector que se está viendo realmente dañado por el deterioro medioambiental. No podemos olvidar que el deterioro de nuestra casa común afecta a infraestructuras y condiciones de vida que repercuten directamente en la salud de los más pobres. Por ello, Marcel Orgaz se suma al propósito de la Campaña 61 de Manos Unidas recordando que: “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”.
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Fuente: www.religiondigital.org