Chopito en Cabo de Hornos

Un loro Tricahue pregunta qué pasa a mi gato Chopito. Chopito, impertérrito, responde: “Los católicos están divididos: la mayoría piensa que el único sacerdote de la isla tiene que cumplir un rol más activo en la comunidad. La minoría, en cambio, está por una comunidad más participativa”.

Hay cambios importantes en Cabo de Hornos. El aumento de temperatura ha comenzado a modificar la vida de las especies. Unas mueren, surgen otras. Las olas el Atlántico triunfan sobre el Pacífico. La que antes fuera una isla desierta, deja de serlo. No hay risco en que no habite una familia de migrantes. Huyen del frío del norte. Arica es un solo hielo.

Hablo de la pesadilla que tuve anoche.

Las lluvias son ahora tropicales. Hasta hace poco llovía, pero no llovía como llueve a ahora. Cae agua a baldes, como en El Salvador. Nunca había visto un diluvio como el que me tocó en ese país. El caso es que, al igual que El Salvador, en Cabo de Hornos está lleno de loros. Los loros, al ponerse el sol, ensordecen. Loros, pidenes, becacinas, patitos jergones, garumas, fío-fíos, cachuditos, todas aves de la zona central se multiplican en finis terrae con gran facilidad.

A veces el calor del Cabo es insoportable. Pero lo aguantan especialmente los friolentos cuando recuerdan Santiago hecho un témpano. La capital se despuebla. Hasta los cóndores piensan emigrar de pura hambre. No quedan ni ratones. Se recupera el glaciar Echaurren, el Cajón del Maipo ennegrece de pingüinos.

El sol pica como nunca el cóccix del continente americano. Florecen los líquenes. Mengua el viento. La tierra produce cien veces más. Cabo de Hornos se convierte en un paraíso turístico.

También han llegado felinos. Era que no. Gatos de salón, gatos de techo buscando lagartos y lagartijas. El gatito Geoffroy, a miles, escondidos como siempre en los matorrales. Hay flores por todos lados. Hibiscos, espuelas de galán. Mariposas. Mucha humedad. Mucha hormiga. Nalcas gigantescas. Espinos todos el año, en flor. Monitos del monte.

¿Por qué tanto calor? Un loro Tricahue pregunta qué pasa a mi gato Chopito. Chopito, impertérrito, responde: “Los católicos están divididos: la mayoría piensa que el único sacerdote de la isla tiene que cumplir un rol más activo en la comunidad. La minoría, en cambio, está por una comunidad más participativa”.

Es un horno Cabo de Hornos. La Antártida se derrite. El nivel de las aguas sube. Un acabo mundi en ciernes.

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Fuente: http://jorgecostadoat.cl/wp

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