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Con motivo del Día internacional del migrante, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea dirigió un mensaje a las instituciones y a los Estados miembros en el que expresa algunos principios básicos que deben guiar las negociaciones en curso sobre esta cuestión.
Con motivo del Día internacional de los derechos de los migrantes que se celebró el 18 de diciembre, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) expresa algunos principios básicos que deben guiar las actuales negociaciones a tres bandas sobre el Pacto de la Unión Europea (UE) sobre migración y asilo.
“Estos principios deben guiar —escriben los obispos en una nota— a los responsables políticos para que establezcan leyes y mecanismos que garanticen un trato justo, equitativo y humano a todos los migrantes regulares o irregulares o solicitantes de asilo que lleguen a las fronteras de la UE, en cualquier fase de los procedimientos”.
“Los migrantes y los solicitantes de asilo no son números, sino personas reales que merecen nuestra generosidad, solidaridad y apoyo. Las negociaciones ofrecen una oportunidad única para que la UE y sus Estados miembros hagan avanzar la causa de la humanidad, fieles a nuestros valores y respetuosos de los compromisos internacionales”.
“Los migrantes y los solicitantes de asilo no son números, sino personas reales que merecen nuestra generosidad, solidaridad y apoyo”.
“En este día, designado para reconocer la importante contribución de los migrantes y los desafíos a los que se enfrentan, nos gustaría animar —anuncian además las Conferencias Episcopales— a los responsables políticos de la UE a formular políticas de migración y asilo de la UE centradas en la persona, poniendo en práctica los cuatro verbos propuestos por el Papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar”.
Para convertir esta visión en acción, la COMECE propone las siguientes recomendaciones políticas a los negociadores institucionales de la UE:
“Preservar plenamente el acceso al asilo como un derecho humano básico para cualquier persona que necesite protección internacional y tratar con humanidad a cualquier persona que llegue a nuestras fronteras; ofrecer un espacio seguro a quienes huyen de su país debido a la persecución o la guerra”.
“Ejercer una solidaridad concreta entre los Estados miembros para gestionar mejor el flujo de solicitantes de asilo y migrantes en las fronteras exteriores de la UE; garantizar que la identificación de los nacionales de terceros países que se acercan a las fronteras de la UE —un derecho legítimo de todo Estado a proteger a sus comunidades y ciudadanos de todas las amenazas y peligros potenciales— se lleve a cabo según un planteamiento que ponga en el centro la dignidad de cada persona”.
“Poner en marcha vías más seguras y regulares que no solo mejoren la gestión de los flujos migratorios, sino que también reduzcan la inmigración irregular y la sobrecarga de los controles fronterizos; garantizar el derecho de acceso al asilo en condiciones justas”, entre otras cosas:
“Asesoramiento jurídico, derecho de recurso, tiempo suficiente para examinar adecuadamente cada solicitud individual, uso limitado y proporcionado de la detención, respeto de la unidad de las familias migrantes y refugiadas, medidas personalizadas, realización de controles fronterizos para las personas y familias en situación más vulnerable, atención especial a las familias con niños y a los menores no acompañados, facilitando su reunificación con sus familias, y un mecanismo de vigilancia de los derechos fundamentales en las fronteras exteriores; proporcionar un alojamiento seguro y digno mientras duren los procedimientos judiciales”.
Aunque reconoce las limitaciones de los países de acogida para recibir a los migrantes, la COMECE también insta a evitar soluciones que puedan llevar a la creación de campamentos con condiciones inseguras. En los últimos meses, la crisis de los refugiados ucranianos ha puesto el listón muy alto para la acogida de refugiados en la UE.
“Se ha convertido en un brillante ejemplo de las generosas capacidades desplegadas por los Estados y las sociedades de Europa para proteger a las personas y familias solicitantes de asilo. Pedimos y animamos a las instituciones de la UE y a sus Estados miembros —concluye el texto— a que concluyan un acuerdo justo y equitativo sobre el Pacto de la UE sobre migración y asilo que se está negociando actualmente y a que lo basen en los principios antes mencionados”.
Fuente www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.
