84 de los 200 países asumieron compromisos más ambiciosos, pero no lo hicieron Estados Unidos, China, India y Rusia, responsables del 55% de las emisiones.
Los gobiernos reunidos en Madrid por la cumbre climática COP25, no tomaron decisiones más drásticas en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se agregaron dos días más a la fecha de cierre para avanzar en las negociaciones, pero no se pudo conseguir el resultado de decisiones más ambiciosas, como invitaba a hacer el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Al débil llamado a realizar más esfuerzos, se añade no haber podido acordar cómo desarrollar el artículo del Acuerdo de París sobre mercados de CO2.
Se constata una gran desconexión entre el mundo científico, que señala la necesidad de medidas urgentes y drásticas, y los gobiernos de los 200 países que participaron de la COP25. Como que no se dieron por aludidos por las señales de alerta que aparecen con mayor frecuencia: las últimas son que también 2019 será uno de los años más calurosos de la historia, los hielos de Groenlandia se derriten a una velocidad acelerada, las emisiones de CO2 se mantienen establemente por encima de las 400 partes por millón. Ante esto, solo 84 países elevaron sus exigencias en materia de reducción de gases contaminantes. Entre ellos, figuran potencias como Alemania, España, Francia, Reino Unido, pero no han asumido ese compromiso los responsables del 55% de las emisiones: Estados Unidos, Rusia, China, India.
La ONU destaca que se deben multiplicar por cinco los recortes en las emisiones si se quiere evitar que para fin de siglo la temperatura se incremente hasta 1,5 grados, que es el objetivo ideal para el Acuerdo de París, o multiplicar por tres si, menos ambiciosamente, se quiere limitar a 2 grados el aumento de temperatura. El problema es que, con los compromisos actuales asumidos por los gobiernos, la temperatura del planeta crecerá en promedio 3,2 grados.
La decepción ha sido general y ha abarcado el tema del mercado de créditos para las emisiones. Brasil quiere adquirir más, y su presidente es un notorio escéptico sobre el cambio climático, y la Unión Europea está preocupada de que tales créditos no neutralicen los esfuerzos que se realizan en evitar las emisiones. Será en Glasgow, durante la próxima cumbre, la COP26, donde se seguirá negociando. “No debemos rendirnos”, invita tenazmente Guterres.
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Fuente: https://ciudadnueva.com.ar