“Mis esfuerzos por salvar la creciente brecha y resolver las disputas entre las fuerzas políticas han fracasado”. En un discurso televisado a la nación, el primer ministro sudanés Abdalla Hamdok confirmó su dimisión, que ya había sido ampliamente anunciada en las últimas semanas en el marco del golpe militar que lo destituyó, y luego lo restituyó, bajo la presión de la comunidad internacional y las protestas populares.
Abdalla Hamdok dijo que había hecho todo lo posible para evitar que el país “se deslizara hacia el desastre”, pero que esto no era suficiente. Los líderes civiles y militares habían concluido un complicado acuerdo de reparto del poder después de que el ejército diera un golpe de estado el pasado 25 de octubre y pusiera inicialmente al primer ministro Hamdok bajo arresto domiciliario.
REPRESIÓN VIOLENTA
El anuncio se produce en el contexto de una dramática manifestación en las calles de la capital, Jartum, a favor de la democracia, que fue duramente reprimida por los militares, que utilizaron gases lacrimógenos y artillería pesada para detener las protestas en las que dos personas murieron.
Este enésimo episodio habría llevado a Hamdok a hacer oficial e irrevocable su dimisión, que había sido anunciada en los últimos días pero que permanecía “congelada” incluso bajo la presión de la comunidad internacional. Al menos 60 personas han muerto y centenares han resultado heridas desde que el general al-Burhan tomó el poder.
ELECCIONES ANTICIPADAS
El primer ministro saliente de Sudán hizo un llamamiento al diálogo para “trazar una hoja de ruta” para la transición a la democracia, de acuerdo con la carta constitucional, “con el fin de alcanzar los objetivos de libertad, paz y justicia del pueblo”. Esto abre el escenario de posibles elecciones anticipadas, pero lo que preocupa es el destino de la ya atormentada economía del país, que se encuentra en un “peligroso punto de inflexión que amenaza toda su supervivencia”, añadió Hamdok. Mientras tanto, se vislumbran nuevas marchas de protesta, ya anunciadas por los sindicatos y los movimientos prodemocráticos.
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Fuente: www.vaticannews.va