El Secretario Adjunto del Dicasterio vaticano para el Desarrollo Humano Integral, padre Augusto Zampini, asegura que las religiones tienen un papel importante para inspirar a la detención de armas nucleares, pero las decisiones no las toman ellas, sino los líderes globales.
En una entrevista con Vatican News, el Secretario Adjunto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, padre Augusto Zampini, asegura que es importante promover el desarme nuclear para promover la paz, pero actualmente resulta todavía más importante “porque en el momento en el que los países están tratando de combatir una pandemia y de recuperar sus economías, los países con armamentos nucleares están aumentando en inversión, no solo en armamentos nucleares si no en armamento de destrucción masiva”. De hecho, el padre Zampini cuenta que el Papa Francisco pidió a la Comisión Vaticana Covid “de preparar el futuro”. “Si se quiere preparar un futuro mejor —asegura— tenemos que salir con un mundo más pacífico y no se puede salir con un mundo más pacífico si hay más armas nucleares y más armamentos en general”.
Zampini subraya que nos encontramos en un momento clave en el que el dinero, la tecnología y la inversión “se deben invertir y traspasar a otras industrias para promover un mundo más inclusivo y más pacífico” y en el que se debe “apoyar” el Tratado de las Potencias en Armamentos Nucleares para reducir las armas “para que continúe y no se paralice”.
Para tratar esta problemática, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha organizado un webinar, en colaboración con el Concepto Estratégico para la Eliminación de Armas y la Proliferación (SCRAP) en apoyo de un alto el fuego mundial.
ESFUERZOS DE LAS RELIGIONES PARA DETENER LA EXPANSIÓN DE LA PRODUCCIÓN ARMAMENTÍSTICA
El Secretario Adjunto del Dicasterio vaticano señala que las religiones han aprendido con el tiempo que, si quieren promover la paz, el amor entre todos, hermanos y hermanas —este nuevo impulso que el Papa Francisco llama Fratelli tutti—, no pueden hacerlo de forma aislada, “las iglesias tienen que trabajar junto con otras iglesias cristianas, con otras religiones, para poder promover lo mejor de nuestras tradiciones”. De hecho —dice— “es un mensaje de paz y de desarrollo humano integral al servicio de toda la humanidad”.
Zampini también explica que actualmente hay una especie de “sinergia” entre las religiones que hay que aprovechar para presionar a los que tienen que tomar las decisiones a nivel global: “En este momento hay una sinergia de muchas religiones que se encuentran promoviendo el desarme integral y la paz integral que hay que aprovechar para que con la fuerza de la religiones y la inspiración de la espiritualidad podamos proponer cambios y decirle a los líderes políticos ‘nosotros apoyamos un mundo más pacífico, sepan que el 80% de las personas en el mundo son religiosas y pedimos esto’”.
INICIATIVAS PARA PROMOVER LA PAZ
Por último, el padre Zampini explica cómo las religiones pueden ayudar a promover la paz y frenar el desarme nuclear. En primer lugar, considera que las religiones deben ser las principales promotoras de una cultura del diálogo y del encuentro: “Debe haber un diálogo sincero donde yo escucho al otro, que es lo que el Papa Francisco llama ‘héroes del futuro’ (los héroes del futuro son los que dialogan, los que consideran al otro como algo valioso, aunque piense diferente, y promueven una cultura)”.
En segundo lugar, considera que hay que promover la paz, pero —advierte— “la paz no se puede imponer, la paz no es la ausencia de conflictos, como decía Papa Pablo VI, la paz tiene que venir de un corazón pacífico y tiene que promover nuestra paz interior”.
Por último, el padre Zampini propone que las religiones tienen que estar en diálogo con las ciencias: “No podemos solamente proponer diálogo y cultura del encuentro, o paz de corazón, basados en nuestra fe sin ciencia”. “Nosotros podemos promover, escuchar, conectar e inspirar —señala—, pero las decisiones las tienen que tomar los líderes globales”. “La paz verdadera se sostiene con menos armas y más promoción social”, concluye.
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Fuente: www.vaticannews.va