Los días de ayuno y las noches de oración durante el mes del Ramadán son tradicionalmente un tiempo en el que los musulmanes muestran una profunda gratitud por los dones de Dios; dones que comparten con los pobres.
Con motivo del Eid al-Fitr, la fiesta que marca el final del mes del Ramadán, el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) se une a nuestros amigos musulmanes para agradecer al Todopoderoso las bendiciones que este tiempo sagrado nos ha traído. Los días de ayuno y las noches de oración durante el mes del Ramadán son tradicionalmente un tiempo en el que los musulmanes muestran una profunda gratitud por los dones de Dios; dones que comparten con los pobres.
En su mensaje para la 51ª Jornada Mundial de la Paz, en 2018, el Papa Francisco se refiere a los refugiados y migrantes como “hombres y mujeres en busca de paz”. Sin embargo, la llegada y la presencia de refugiados a menudo termina en conflictos y discordias: en muchos lugares, en vez de encontrar la paz, tienen que hacer frente a la xenofobia, al rechazo y a la discriminación.
El Papa Francisco nos recuerda que la doctrina social de la Iglesia nos invita a reconocer que toda la humanidad pertenece a una sola familia, y que los refugiados e inmigrantes que buscan seguridad y protección, y las comunidades de acogida que los reciben, “todos tienen el mismo derecho a disfrutar de los bienes de la tierra”. La solidaridad y el compartir se basan en este principio de la tierra como nuestro hogar común.
El saludo más común utilizado por los musulmanes cuando se encuentran con alguien es Salam aleikum, “la paz esté contigo”. Es la paz en acción, aquella de la que el JRS sigue siendo testigo a través de los innumerables actos de generosidad y sacrificio de individuos y comunidades que acogen a los refugiados en su hogar, compartiendo lo que tienen con ellos, y que se niegan a escuchar los cantos de sirena del miedo y del odio que les dicen que se alejen de estos, de sus hermanas y hermanos.
En el Líbano, durante el Ramadán, estudiantes refugiados sirios y sus padres se reunieron para un Iftar (la cena tras el día de ayuno) en el Centro Frans van der Lugt del JRS en Bourj Hammoud. A la velada también asistieron las familias cristianas iraquíes del centro, que trajeron platos de biryani (arroz con especias) casero para que los miembros musulmanes de su comunidad lo pudieran disfrutar, un gesto de paz y solidaridad.
Enviamos a todos nuestros amigos musulmanes nuestros cálidos deseos de un feliz Eid. Que el Dios que es misericordioso con todos y compasivo con cada uno, nos traiga la paz a todos nosotros.
¡Salam aleikum!
P. Aloysious Mowe sj
Director de Advocay y Comunicaciones, Servicio Jesuita a Refugiados.
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Fuente: http://es.jrs.net