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El 7 de noviembre próximo en TVN se presentará el libro con que la Fundación celebra la creación del «milagro cotidiano de Alberto Hurtado» hace 80 años. No es una historia institucional, sino un texto modular, muy gráfico y fácil de leer, que revela diez mejoras sociales por década. Si lo compras, ayudas; si lo lees, aprendes.
«Dialogar con el pasado permite entender mejor el presente e imaginar nuevos futuros», dice Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo, en el prólogo del libro 1944-2024: 80 avances para reducir la pobreza en Chile. Con casi 200 páginas, la publicación es un ilustrativo recorrido de 80 medidas institucionales, legislativas, políticas, que han representado importantes transformaciones en materia social. No pretende recogerlas todas, no tiene un afán totalizador ni mucho menos, pero sí busca destacar las más cercanas al quehacer de «el milagro cotidiano», ese que le dio estatus de santo a Alberto Hurtado y que este año, este 18 de octubre, cumple 80 años: el Hogar de Cristo.
No es un texto conmemorativo clásico, no repasa la cronología de la institución de manera formal. No cuenta su historia, pero sí recoge muchos hitos que amplían y amplifican su trabajo por los más pobres y vulnerables en estas ocho décadas.
En un formato modular y muy acorde a las horas apuradas en que vivimos —con una buena selección de fotos y creativas infografías y líneas de tiempo—, en cada uno de los ocho capítulos de las sendas décadas abordadas destacan diez hitos que representan progresos; tres personajes —víctimas, símbolos o líderes— que encarnan algún problema social que fue abordado o al menos visibilizado en esos años gracias a ellos; tres hechos nacionales significativos; una breve línea de tiempo con avances internacionales de repercusiones planetarias; y, al final de cada década, se rescata un «eco cultural», algo de cada uno de estos lapsos de 10 años, que sigue resonando hasta hoy en la memoria colectiva.
Es un recuerdo pop: un libro, una película, un spot de televisión, vinculado a temas de pobreza, desigualdad o vulnerabilidad. Desde la novela El roto, de Joaquín Edwards Bello, donde se describe el barrio Estación Central, o Chuchunco, como se le llamaba entonces, cuando nacía el Hogar de Cristo, hasta Machuca, la película de Andrés Wood, a comienzos del siglo XXI, y El agente topo y varias otras realizaciones de Maite Alberdi, que abordan la realidad de grupos prioritarios para el Hogar de Cristo, como las personas mayores, las con discapacidad intelectual, las cuidadoras de familiares con Alzheimer.
Para mayor abundamiento: La memoria infinita quedará en la memoria de muchas generaciones como un tema social muy presente en este Chile que envejece.
Alberto Hurtado murió en 1952, a los 51 años, superando en un año la esperanza de vida que, en la década del 50, era justamente de 50 años en promedio para los hombres; hoy la vida se estira hasta casi los 80 en promedio para ellos y a 82 para ellas. Es parte del panorama de cambios que muestra la publicación del Hogar de Cristo, que suenan anecdóticas, pero que van mucho más allá de la anécdota cuando nos enteramos, por ejemplo, de que en Chile ya no hay campo clínico para que quienes estudian para convertirse en matronas puedan ayudar y aprender a atender partos.
¿Por qué? Porque ya casi no hay partos. O se nace por cesárea… o no se nace, porque la tasa de fecundidad se ha desplomado en el país, mientras la expectativa de vida se acerca a los 100 años.
Muchos de esos cambios muestra este libro.
Corresponsales generosos y muy destacados inician cada uno de los ocho capítulos/décadas con una introducción.
Así, el historiador de la Pontificia Universidad Católica, Claudio Rolle, se hace cargo del primero, de 1944 a 1953, periodo en que se inscribe la creación del Hogar de Cristo y muere su fundador, Alberto Hurtado, y que está signado por el término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
El capellán general del Hogar de Cristo, José Francisco Yuraszeck S.J., repasa la evolución de un tema particularmente crítico en estos y en esos días: la crisis habitacional y el crecimiento de los asentamientos precarios. Lo hace a partir de 1954, cuando esos campamentos se llamaban «poblaciones callampa» y las tomas de terreno eran pan de cada día.
El sociólogo, historiador y director del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la Universidad Diego Portales, Cristián Cox, repasa el período que parte en 1964 y termina dramáticamente en 1973, con foco en los avances en la educación.
José Pablo Arellano, economista muy cercano a la figura del padre Alberto Hurtado, hace el análisis del estado de la economía en la primera década de la dictadura. 1984-1993 es relatado de manera muy sensible por la trabajadora social, reconocida por su trabajo en materia de derechos humanos, María Luisa Sepúlveda. El psicólogo Benito Baranda se centra en el trabajo desarrollado por la sociedad civil organizada entre 1994 y 2003. Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006, se ocupa de denunciar las consecuencias del modelo neoliberal y el alto nivel de endeudamiento de los chilenos entre 2004 y 2013.
Y cierra los 80 años, ya instalada en el presente, 2014-2024, la directora social nacional del Hogar de Cristo, Liliana Cortés, quien analiza las nuevas pobrezas con una mirada de futuro.
El sentido modular que dimos a este libro, con diversas entradas, textos breves, directos y sensibles, la gracia de las ocho infografías de la talentosa diseñadora Paola Irazábal, que permiten comparar datos, es un aporte a un tema que suele densificarse en el análisis sociológico, político, económico de un tema tan crucial como la pobreza. Que aleja su estudio de la gente, siendo que es tan cercano, porque tiene que ver con la sobrevivencia diaria. Ojalá sean muchos los que se sientan atraídos por este formato sin pretensiones, pero estético y moderno, y lean su contenido.
Hemos impreso mil ejemplares para esta primera edición, y el libro será presentado en el auditorio de TVN y comentado por dos ex ministros de Desarrollo Social, el próximo 7 de noviembre. También estaremos presentes con un stand de difusión de los ya muchos libros que acumula la editorial Hogar de Cristo en la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA 2024), a mediados de noviembre. Ahí, este 1944-2024: 80 avances para reducir la pobreza en Chile será la guinda de la torta de nuestra oferta de publicaciones.
Al leer esta crónica de 80 años, la principal conclusión que se obtiene es que en materia de políticas sociales ninguna transformación es mágica. Muchas de ellas ciertamente trascienden esta división arbitraria en décadas que hacemos en el libro. Las medidas se van entrelazando y fortaleciendo a lo largo del tiempo. Se conciben en el pasado y evolucionan, y se adaptan y perfeccionan en el presente, el futuro de entonces. Así hay que leerlas.
Al leer esta crónica de 80 años, la principal conclusión que se obtiene es que en materia de políticas sociales ninguna transformación es mágica.
Pasa eso con la creación de la JUNAEB, en octubre de 1964, al inicio de la tercera década de estos 80 años, cuando el presidente Eduardo Frei Montalva iniciaba su gobierno bajo el lema «Revolución en Libertad». La sigla significa Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas y se remonta a 1928, cuando se creó la Dirección General de Educación Primaria y las Juntas Comunales de Auxilio Escolar, en el primer gobierno de Carlos Ibáñez del Campo.
Investigando la época, destaca la figura de Eloísa Díaz, la primera cirujana de Chile, que dirigía el Servicio Médico Escolar de Chile. Desde 1911 hasta 1940, estuvo a cargo de ese servicio, dando una lucha permanente por impulsar el desayuno escolar obligatorio, la vacunación masiva y la labor contra el alcoholismo. Lo primero —que los niños tomaran leche y comieran un sándwich al partir el día— se concretó con la creación de la JUNAEB, que no solo mejoró la alimentación de los niños pobres, sino que los atrajo masivamente a la escuela, disminuyendo el analfabetismo.
En ese mismo sentido contribuyó la acción de otro hombre adelantado a su tiempo: el doctor Fernando Mönckeberg, hoy de 98 años, creador del Instituto Nacional de Tecnología de los Alimentos (INTA), quien nos dice que, a mediados del siglo pasado, «la pediatría era una lucha diaria contra la muerte masiva de niños».
Él fue figura central en la erradicación de la desnutrición infantil en el país. Leemos en el libro: «Para 1974, se estimó que cerca de 8.200 niños sufrían de desnutrición avanzada. Frente a esta situación, en 1975, se fundó la Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN), una entidad privada que en el transcurso de tres años logró establecer y operar treinta centros a lo largo del país.
«Hacia 1983, estos centros habían atendido a más de 3.400 niños con desnutrición avanzada, demostrando un compromiso firme con la mejora de la nutrición infantil en Chile. Su constitución se logra gracias a los resultados arrojados por las investigaciones realizadas por Mönckeberg y su equipo a comienzos de la década del 70, y que demostraron al gobierno de la época que los daños producidos por la desnutrición en la etapa embrionaria y en los primeros años de vida de un ser humano provocaban un retraso del desarrollo motor y cognitivo, que repercutiría en la edad adulta en una menor expectativa de vida, deserción escolar temprana, baja resistencia a enfermedades, entre otros perjuicios. Estos factores, a su vez, provocaban un bloqueo en el progreso económico y social del país».
Hoy, en que el director ejecutivo del Hogar de Cristo es parte de la comisión de expertos mandatada por el presidente Gabriel Boric para mejorar la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (CASEN), un libro como este, sin duda, ayuda.
La creación de la CASEN en 1985 es otro de los avances sociales contenidos en nuestro recuento, porque hasta entonces no había una herramienta confiable para determinar la pobreza en el país. La casen marca un antes y un después, en ese sentido. Sus cambios y modificaciones son claves para la tarea de mejorar la puntería en materia de políticas sociales, y deben volverla cada vez más certera para que las decisiones que se toman tengan mayor efectividad.
Nuestro libro destaca esos hitos y muchos más, contextualizando las décadas en que se produjeron y ampliando la mirada sobre qué significaron.
1944-2024: 80 avances para reducir la pobreza en Chile no pretende abarcarlo todo ni, mucho menos, ser concluyente sobre un tema tan complejo, pero destaca logros donde Estado, sociedad civil organizada, empresa, academia, consiguen el objetivo fundante del Hogar de Cristo: mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de desarrollo de las personas más pobres y vulnerables de Chile.
Te invitamos a leerlo. Ojo: el libro no se vende, pero puede ser tuyo. Averigua cómo.
