Lo cotidiano, lo hogareño, la mujer, la isla: Un breve acercamiento a la obra de Rosabetty Muñoz

Su relación con la naturaleza chilota y su asimilación del territorio con la maternidad son constantes de marcada trascendencia en su obra (artículo también disponible en audio).

La tradición chilota está plenamente vinculada al desarrollo literario de la poeta Rosabetty Muñoz (nacida en Ancud, Chiloé, en 1960), miembro de la Academia Chilena de la Lengua y recientemente merecedora del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2024), entre otros galardones y reconocimientos que le han valido una importante valoración a lo largo del país y también fuera de él, hasta el punto de estar, en este 2024 y por segunda vez, nominada al Premio Nacional de Literatura.

En su trabajo poético destacan aspectos cotidianos que son observables dentro de la cultura de su archipiélago natal y en las tradiciones ancestrales que se van transmitiendo de generación en generación alrededor del fogón. Así, al presentarse en él un aislamiento con respecto al Chile continental, prevalece la negación de la influencia de aquello que no es propio del lugar, resaltando la esencia personal y propia. Otro factor que beneficia, en gran medida, la conservación de la tradición en su obra es su constancia por mantener la noción de relevancia pertinente desde el ámbito privado hacia lo público. Sin embargo, no se puede despojar a Chiloé ni, por ende, a la obra de Muñoz, de su vinculación con el Continente, debido al intercambio cultural que alcanza por los estándares de la globalización.

El trabajo de Rosabetty Muñoz evidencia esta problemática territorial, que es parte de su trabajo. En él es posible advertir cómo el sentido de pertenencia y el hogar están asociados a la figura de la madre, mas este ya no está presente en la realidad del hablante lírico. La isla es asimilada como la figura materna que acoge y resguarda, aunque ella misma señala que ya no es así y se quiere volver a eso. Su voz lírica corrobora que lo necesario es la isla como figura maternal, de donde se desprenden elementos que apuntan hacia lo hogareño y lo simple, es decir, hacia lo íntimo. En su obra, con muchísima frecuencia, se compara la isla con la madre, pero desde la carencia de las características que esta posee, destacando que la isla no es de por sí una madre, sino que contiene elementos que la hacen sentir como tal, evidenciando un desplazamiento semántico desde la figura materna hacia la isla.

Su voz lírica corrobora que lo necesario es la isla como figura maternal, donde se desprenden elementos que apuntan hacia lo hogareño y lo simple, es decir, hacia lo íntimo.

LA IMPORTANCIA DE LO PRIVADO

Otro aspecto que destaca en su escritura es la sencillez que refleja su discurrir isleño, donde no solo resaltan aspectos propios de la simplicidad en términos utilitaristas, como la materialidad, sino también la importancia de lo privado para resaltar el ámbito creativo, como se refleja en los siguientes versos de Técnicas para cegar a los peces (2019): «Mirar por la ventana hacia el rincón / donde florecen los pensamientos». Al mencionar el rincón, se alude a lo que es privado, dado que es algo recóndito que ya está impreso en la mirada de quienes se detienen a observarlo. Asimismo, al hablar del florecimiento de los pensamientos, hace alusión al desarrollo creativo en el espacio íntimo. De esta forma, lo doméstico es resaltado como un lugar donde prima lo tradicional, así como el medio ideal de donde surge la inspiración creativa.

Las palabras empleadas para la descripción de la añoranza destacan dentro de la perspectiva de la tradición, ya que los objetos son parte de una casa común dentro de la comunidad de Chiloé.

EL VALOR DE LA TRADICIÓN

Ligado a lo anterior, se puede apreciar cómo desde algo general, como es la Isla, se tiende a la concreción de algo más preciso. Esto podemos relacionarlo con el símbolo de la isla, es decir, lo territorial como representación de la madre, lo cual se condice con el ámbito privado.

La pérdida de la madre hace referencia a cómo se está perdiendo la tradición chilota en un aspecto central de la sociedad: el hogar. La tradición cumple una función de gran valor dentro de la particularidad de la casa y, en su obra, esto se presenta bajo la añoranza de esta tradición: «La infancia huele a mariscos y lámparas petroleras». Aquí se puede sobreentender cómo el recuerdo del pasado, es decir, la infancia, se asocia a aspectos sencillos que fueron frecuentes en la vida isleña.

DIVINIDAD Y HUMANIDAD

En Canto de una oveja del rebaño, su primera obra (1981), ya aparecía la reflexión acerca de la distancia existente entre la divinidad y la humanidad, punto de partida de una necesidad que se va dibujando a lo largo de los años en sus textos, que es la necesidad de encontrar un equilibrio entre la trascendencia y la vida cotidiana.

«Oveja anciana»

Puedo decir
que he gozado mis días largamente.
He comido, bebido y bailado
sin desperdiciar minuto.
Estaré lista cuando llegue el día.
Fui feliz.
Eso es todo.
No importa que nadie lo recuerde.
La gloria también cae a la tierra
y los implacables gusanos de la muerte
no obedecen ni a los pastores siquiera.
(su mamón:
un día heredaré la fortuna de mis padres).

Este breve poema destaca por la percepción del tiempo desde una perspectiva positiva, donde el uso del mismo fue aprovechado sobremanera por el hablante lírico. El tiempo, en relación con la mujer, se refleja con gracia y alegría, donde el goce es meramente personal y existe un creciente reconocimiento de esta al mirar atrás. El pasado vivido entrega una alegría en el presente. La muerte y el envejecimiento no son un problema, porque existió un pasado plenamente aprovechado, y «eso es todo». En sus últimos versos, el poema enfatiza en cómo para otros la percepción de la alegría interna puede verse completamente superficial, y destaca que la alegría es plenamente propia.

«Oveja anciana» presenta una reflexión sobre la vida y la muerte desde la perspectiva de una mujer ya mayor. El poema comienza con una afirmación positiva, pues la oveja ha gozado sus días largamente, ha disfrutado de la comida, la bebida y el baile, sin desperdiciar ni un solo minuto, lo que sugiere una actitud de plenitud y satisfacción con la vida vivida.

La voz poética declara que estará lista cuando llegue el día de su partida, lo que implica una aceptación serena y preparación para el final. A pesar de la cercanía de la muerte, la oveja afirma haber sido feliz, independientemente de si alguien más lo recuerda o no. Esto enfatiza la importancia de la experiencia personal y subraya que la felicidad no depende del reconocimiento externo.

El poema concluye con una imagen simbólica y poderosa. Se menciona que la gloria también cae a la tierra, aludiendo a la fugacidad y a la efímera naturaleza de los momentos de grandeza. Además, se hace referencia a los gusanos de la muerte, quienes son implacables y no hacen distinciones entre las diferentes posiciones o roles en la vida, incluso los pastores (concepto que alude a los mandatarios) son incapaces de escapar de su destino.

BÚSQUEDA DE IDENTIDAD

Tal y como vengo afirmando, el territorio tiene una relevancia especial al momento de enfrentarnos a la poética de Rosabetty Muñoz, ya que el escritor latinoamericano está en una constante lucha de diferenciación de los otros escritores occidentales. Sumado a esto, existe una búsqueda de identidad tardía a diferencia de otras naciones, así como el sentido de la vivencia de la autora en una isla, lo que influye en su perspectiva de realidad, a partir de lo que resalta una conexión aún más patente entre lo presentado por la hablante lírica y la realidad cultural.

Otra relevancia presentada por Muñoz es la voz de las chilotas, a quienes quiere reivindicar a través de su escritura, donde se reflejan aspectos que ella misma ha percibido o le han comunicado diferentes mujeres. Así, efectivamente, se evidencia cómo esta práctica poética del rescate de la oralidad lingüística es una manera de mantener viva la tradición que ella misma teme perder.

La relación de Muñoz con la naturaleza chilota y su asimilación del territorio con la maternidad es una constante de marcada trascendencia en su obra. Todo el sur, toda la periferia; todo lo hogareño, que es también reflejo de esos mundos.

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