Mujeres que cantan

Comentario del mes a lo más destacado de la música nacional e internacional.

Últimamente he estado, en mis escuchas cotidianas, en un espacio distinto al del jazz, género habitual en esta página. Ya hemos hablado de la labilidad de las clasificaciones en música, así es que, en realidad, poco importa el dato. Los discos que en esta ocasión quiero destacar no son menos contundentes que tantos otros que he recomendado, como verán. Se trata de obras de dos mujeres, de las cuales me confieso un admirador incondicional, y que son caracterizadas por Apple Music como «Singer/Songwriter». Esta es una manera de diferenciarlas de la multitud de artistas que se limitan a interpretar canciones de otra autoría. Pero lo que verdaderamente las hace distintas es el pondus de su apuesta: voces llenas de estilo, inconfundibles, puestas al servicio de un sentido, de un propósito fundamental, que da unidad a la obra de arte que es (o debería ser siempre) un disco.

EMMA FRANK: INTERIORS (2023)

Mi primer contacto con la música de la estadounidense Emma Frank fue su producción Ocean Av, de 2018, que comenté en Mensaje, en el número de junio de ese año. Es de los poquísimos discos que en mi vida me han dejado anonadado, por su poética musical, su recogimiento, su sorprendente creatividad dentro de una atmósfera más bien austera. Al año siguiente, con otra producción, Come Back, esta artista no hizo más que confirmar en mí su embrujo. Son discos que suelo escuchar en momentos de melancolía, o cuando necesito estar en paz y a solas. Esta vez, Emma Frank nos regala una producción que no reniega de lo que ella ha sabido sembrar en la memoria auditiva (y afectiva) de tantos. El título del disco es certero: Emma Frank es una compositora, una poeta y una cantante que siempre, no solo en esta ocasión, ha trabajado y cultivado su propio interior y, así, el de sus oyentes. Durante el confinamiento de la pandemia, todo lo vivido, el espacio de su cotidianidad y los objetos que fueron parte de ella, adquirieron densidad, un significado, y se convirtieron en material poético y musical. Ha dicho: «Escribir sucede en mi espacio y soy muy sensible a cómo este se siente, y el arreglarlo se experimenta como un acto musical, un acto que sucede en una conversación con mi composición». Las voces del disco fueron grabadas en su casa, y la carátula es una fotografía de su mesa de comedor, tomada «temprano en la mañana». Las canciones hablan de tareas domésticas, de cuidar y, sobre todo, de decorar el hogar. En ello, Emma Frank ha realizado una incursión a fondo no solo en el espacio físico de su privacidad, sino, sobre todo, en su propia interioridad. El disco es una invitación al oyente a participar de esta liturgia, el rito sagrado de la vida cotidiana, del espacio en que esta acontece y de todo lo que ello dice de nosotros mismos.

NATALIE MERCHANT: KEEP YOUR COURAGE (2023)

Natalie Merchant ha sido, claramente, mucho más que la graciosa y bella vocalista del grupo 10.000 Maniacs, del que fue parte entre 1981 y 1993. Recuerdo que Carlos Casale a menudo buscaba el MTV Unplugged del grupo, solo para disfrutar de la voz y la presencia envolvente de esta jovencita. La historia le ha dado la razón a la artista en su decisión de buscar su camino propio (y supongo que Casale lo sabrá). Con el paso de los años, Natalie Merchant se ha convertido en una mujer bella, sí, pero lejos de los estereotipos que han llevado a tantas personas, mujeres y varones, a luchar quirúrgicamente contra el inevitable desgaste del cuerpo. Me encanta verla con su abundante cabellera invadida de canas, su cuerpo de mujer madura, su actitud resuelta… Y, sobre todo, con su voz intacta, consagrada a mensajes significativos para ella y para quienes la seguimos. Este disco, con canciones todas suyas, también refleja el tiempo del confinamiento y otras vicisitudes personales. Son canciones contundentes, que giran en torno al tópico de enfrentar la vida con coraje. El punto de vista es, por cierto, el de una mujer que, creo, refleja no eludir un cierto llamado a hablar por otras tantas mujeres. El primer tema, «Big Girls», es un verdadero golpe al mentón. Les recomiendo vivamente fijarse en su letra y no dejar de ver el video que nuestra artista realizó con Abena Koomson-Davis, otra que tal en el ámbito de la vida entendida como espacio para el activismo y la batalla cultural. Lo digo sin ironía. Todos necesitamos un corazón valiente.

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