Charlie Gard nació el 4 de agosto de 2016, y está sufriendo de una enfermedad mitocondrial rara que daña su cerebro y depende de un respirador. “Sabemos que el caso no tiene remedio”, reconoce la presidenta. El Vaticano, en tanto, desmiente que haya amenazas a la seguridad infantil en el centro.
La presidenta del hospital pediátrico Bambino Gesú, Mariella Enoc, dijo este lunes en un comunicado que está dispuesta a recibir a Charlie Gard en Roma, en esta estructura que depende del Vaticano, si los padres lo desean y si su estado lo permite.
Ella cita en el comunicado el tweet que el Papa Francisco publicó en su cuenta en italiano el pasado 30 de junio: “La defensa de la vida humana, sobre todo cuando se ve perjudicada por la enfermedad, es un compromiso de amor que Dios confía a cada hombre”.
“Las palabras del Santo Padre, en referencia al pequeño Charlie, resumen la misión del hospital Bambino Gesu. Por eso le pregunté al director de control de salud y al hospital Great Ormond Street en Londres, donde se encuentra hospitalizado el recién nacido, si existen las condiciones sanitarias para una posible transferencia de Charlie en nuestra estructura. Sabemos que el caso no tiene remedio y que no hay, al parecer, terapias eficaces”.
La Sra. Enoc le expresa a los padres: “Estamos cercanos con la oración y si ese es su deseo, estamos disponibles para proteger a su hijo en este hospital, por el tiempo que le queda de vida”.
Francisco ha enviado la noche del domingo 2 de julio un mensaje a los padres de Charlie Gard, a través de su portavoz, Greg Burke: “El Santo Padre sigue con afecto y emoción el caso del pequeño Charlie Gard y expresa su cercanía a sus padres”. Francisco indicaba que “reza por ellos con la esperanza de que no se descuide su deseo de apoyar y cuidar a su hijo hasta el final”.
Charlie Gard nació el 4 de agosto de 2016, y está sufriendo de una enfermedad mitocondrial rara que daña su cerebro y depende de un respirador. Pero no recibe otros tratamientos. Solo se hidrata y se alimenta por una sonda.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó la solicitud de los padres hecha el 27 de junio pasado, de llevar a su hijo a Estados Unidos para un tratamiento experimental y el Tribunal Supremo británico dictaminó detener la asistencia respiratoria, la hidratación y la nutrición, lo que significa, según los expertos, y como indicó el cardenal Elio Sgreccia, la eutanasia.
Entretanto, una investigación de AP afirma que el hospital pediátrico Bambino Gesu introdujo cambios grandes y pequeños en su operativa bajo una administración anterior, que dirigió el centro entre 2008 y 2015. Conforme el hospital ampliaba servicios y trataba de convertir una iniciativa deficitaria del Vaticano en una fuente de beneficios, en ocasiones los niños pagaron el precio.
El hospital refutó el lunes los hallazgos de AP, y en comunicado calificó el reporte como “falso”, además de amenazar con emprender acciones jurídicas. El centro médico afirmó que el reporte de la AP “contenía acusaciones falsas, obsoletas y gravemente difamatorias, así como conjeturas que habían sido desmentidas por un reporte independiente de la Santa Sede”.
Dicho informe fue elaborado por un equipo estadounidense que pasó tres días en el hospital en 2015 y “rechazó” todas las acusaciones del primero, excepto que no había suficiente espacio.
Por su parte, el Vaticano descartó cualquier “amenaza seria” a los niños, aunque dijo que está abierto a los esfuerzos por mejorar la atención, “incluyendo reportes de prácticas que podrían estar por debajo de la norma”.
El portavoz del Vaticano, Greg Burke, reconoció que la Santa Sede ha investigado las quejas del personal, pero hizo mención de la visita del equipo estadounidense en 2015, que encontró que eran “infundadas”
“No hay hospital perfecto, pero es falso e injusto insinuar que existen amenazas graves a la salud de los niños de Bambino Gesu”, subrayó.
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Fuente: www.periodistadigital.com/religion