El Evangelio que anunciamos las mujeres. “El tiempo y la semilla”

Tal vez hoy celebrar la Eucaristía compartida significa celebrar las pequeñas semillas que surgen del vientre de Nuestra Iglesia en comunidades que se han arriesgado a tomar la palabra; en mujeres que luchan por la vida; en pueblos enteros que no quieren seguir viviendo bajo el dominio de un dictador.

Domingo 17 de junio
El tiempo y la semilla” (Mc 4,26-34)

Desde nuestros ojos de mujer, los símbolos son acogidos en la profundidad del vientre; nosotras sabemos mirar cómo la pequeña semilla se transforma en un arbusto, en el milagro de la vida que se gesta en nuestro vientre; donde nadie ha puesto la mirada, allí reconocemos lo nuevo que es utopía y realidad. Hemos aprendido, viviendo nuestros ciclos naturales, que hay tiempo de espera, tiempo de silencio, tiempo de oscuridad y tiempo de claridad; solamente reconociendo cada tiempo, descubrimos cómo Dios va actuando en nuestras vidas y va gestando lo nuevo en nuestros pueblos.

Y son estos ciclos los que nos ponen en contacto con nuestra vulnerabilidad; la experiencia de nuestras rupturas y dolores, de las que tantas veces quisiéramos escapar y, en la sencillez de la semilla, Dios nos pone de frente a ellas, para aprender a cuidar, proteger y acariciar con ternura. Tal vez, cuando hemos tocado nuestra propia vulnerabilidad, podemos contemplar que el Misterio de la Vida se hace terquedad en medio de quienes lo han perdido todo.

Tenemos en nuestras manos y experiencia la capacidad de saber esperar, como quien siembra en el vientre de la Pachamama una espera que acoge cada detalle, que celebra cada encuentro, sabiendo (con la Sofía) que aunque hay días soleados y días de lluvia, cada uno hace que la siembra sea lo mejor de ella misma. Desde allí, Jesús nos lanza a reconocer cuál es el tiempo propicio (kairós), para acoger los frutos.

Al leer hoy este pasaje del evangelio me viene al corazón la realidad que vivimos como Iglesia, una realidad en la que parece que todo es ruptura, dolor; creo que nuestra presencia como mujeres se puede ir engendrando en:

Mirar, con una nueva mirada, real, compasiva, con claridad en medio de las tinieblas. Tal como María Magdalena cuando fue a la tumba del Maestro, en medio de las lágrimas, en medio de la madrugada; ella logra mirar a través de todo ello la Presencia de quien lo hace todo nuevo.
Escuchar, con oídos de discípulas, a Nuestro Dios y a nuestro pueblo; como decía Mons. Angelelli, atreviéndonos a escuchar a quienes en nuestra Iglesia se han sentido víctimas y también a quienes, desde diferentes espacios, quieren ir reconstruyendo esta nuestra Iglesia.
Tocar, con la ternura de quien sostiene y la fortaleza de quien impulsa, así como nos hemos sentido tocadas y sanadas por Jesús, recordando que lo que Dios ha curado en nuestras historias, es lo que da vida a su pueblo.
Sembrar, con esperanza inquebrantable; con la esperanza de quien siembra cada año, a pesar de los temporales, a pesar de las palabras; sabiendo que este momento nos puede, si asumimos el riesgo, llevar a un crecimiento como comunidades y como Iglesia.
Abrazar, para consolar a quien ha vivido el dolor, con el consuelo que hemos sido consoladas; y allí reconocer que, en cada gesto, en cada detalle, Dios nos va restaurando y redimiendo, juntas y juntos.
Soñar, junto a otras y otros con una Iglesia más al estilo de Jesús.

Tal vez hoy celebrar la Eucaristía compartida significa celebrar las pequeñas semillas que surgen del vientre de Nuestra Iglesia en comunidades que se han arriesgado a tomar la palabra; en mujeres que luchan por la vida; en pueblos enteros que no quieren seguir viviendo bajo el dominio de un dictador. Que esta fuerza que viene en una semilla, nos anime a seguir encontrando signos de este Reino que tercamente surge donde menos le esperamos.

* ¡Queridas amigas y compañeras de ruta, queridos amigos! Desde el primer domingo de Cuaresma, y hasta el último domingo del año litúrgico 2018, estaremos compartiendo con ustedes una reflexión sobre el Evangelio dominical. Con ello queremos visibilizar y compartir un comentario dicho por mujeres sobre la Palabra. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook, Mujeres Iglesia Chile, y en la página de la Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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