El Evangelio que anunciamos las mujeres. «Florezcan y encuentren su voz»

¿Qué signos de este tiempo me movilizan hoy?

Domingo 17 de noviembre de 2024
Evangelio de Jesús según Marcos, capítulo 13, versos 24 al 32.

“Después de esa angustia llegarán otros días; entonces el sol dejará de alumbrar, la luna perderá su brillo, las estrellas caerán del cielo y el universo entero se conmoverá. Y verán venir al Hijo del Hombre en medio de las nubes con gran poder y gloria.

Enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

Aprendan de este ejemplo de la higuera: cuando las ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que todo se acerca, que ya está a las puertas. 

En verdad les digo que no pasará esta generación sin que ocurra todo eso.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre”.

Este pasaje del Evangelio de Marcos se sitúa en el contexto de las profecías apocalípticas de Jesús hablando a sus discípulos sobre el fin de los tiempos.

El lenguaje apocalíptico es simbólico y lleno de imágenes poderosas para comunicar eventos de gran magnitud, puntos de quiebre de un estado de cosas. Sigue siendo en nuestros días una poderosa herramienta para subrayar la gravedad de ciertos temas y la necesidad urgente de actuar, movilizando a las personas desde sus emociones.

Su impacto puede generar tanto conciencia como miedos y ansiedades. Por ejemplo, al hablar del cambio climático se usan expresiones como “catástrofe climática”, “desastre ambiental” y “punto de no retorno”, para evocar una sensación de urgencia y de crisis global. Jóvenes de nuestro país vienen presentando eco-ansiedad, surgida de su preocupación por el impacto del cambio climático en el futuro del planeta y en la calidad de vida de las futuras generaciones, embargándoles temores y desesperanza, sentimientos de impotencia y angustia. Contribuye a su eco-ansiedad la constante exposición a imágenes de grandes desastres naturales en medios y redes sociales.

Buscamos interpretar este pasaje en clave de esperanza y sentido para nuestras vidas, desde la opción por los pobres y marginados y con mirada de mujer.

Desde una visión femenina, la higuera en verano, cuando sus ramas están tiernas y brotan las hojas, simboliza crecimiento y renovación, por lo que vemos en esta parábola un llamado a las mujeres a florecer y a encontrar su voz ante ellas mismas, ante cada prójimo de su entorno y ante una sociedad que a menudo les silencia.

Jesús con la imagen cotidiana de la higuera, nos llama a estar atentas al flujo de la vida y a los signos de nuestro tiempo, preparadas y vigilantes. En sintonía con nuestra vida y con las vidas de nuestro entorno, así como con los hechos del tiempo histórico y social en que nos toca vivir.

Jesús con esta imagen cotidiana de la higuera, nos llama a estar atentas al flujo de la vida y a los signos de nuestro tiempo.

Nada se nos escape para avanzar en primicias del Reino en ruta a su segunda venida, cuando Jesús reunirá a hombres y mujeres de buena voluntad de toda la tierra y gozarán de su plenitud. Que nadie sepa la fecha nos llama a la humildad y a vivir a fondo esta vida, confiadas en sus palabras “que no pasarán”; ellas nos invitan a vivir con plena conciencia de su presencia y de su regreso con la culminación del Reino de Dios.

Hoy nos convocan a florecer y a trabajar por la justicia y la equidad en la sociedad, a tomar un papel activo en la construcción de una comunidad más justa y equitativa, donde todas las voces sean escuchadas y todas las experiencias sean visibilizadas y valoradas.

El desarrollo de una conciencia crítica respecto de las estructuras de opresión y el mismo trabajo comunitario y solidario en rutas de transformación, nos preparan para darnos cuenta de los signos de nuestro tiempo y sus llamados.

PARA LA REFLEXIÓN

¿Cuáles de mis crecimientos me llevan a cantar de alegría como María?

¿Cómo expreso mi voz en el camino creyente desde los pobres y humillados?

¿Qué signos de este tiempo me movilizan hoy?


Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.

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