El Evangelio que anunciamos las mujeres. “La libertad necesaria”

Soltando y poniéndonos en manos de Dios, podremos reestablecer las relaciones con todo lo demás, recuperando nuestro rol de creatura que se deja labrar y nutrir por su Madre/Padre.

Domingo 8 de septiembre
La libertad necesaria
Lucas 14, 25-33

Al comenzar a leer este Evangelio me da la impresión de que Jesús era una persona muy atractiva, muchos querían acompañarlo y estar cerca de Él. Pero ante tanto arrastre, Él se hace cargo de esa gente, y les explica que para que esto sea real y no solo una ilusión, necesitan una actitud básica de desprendimiento y libertad. Si no se parte de eso, pareciera que no se saca nada, se pierde el tiempo y los esfuerzos.

El llamado que nos hace es a un desprendimiento absoluto, que implica soltar lo más preciado, confiándonos completamente en las manos de Dios. Esto puede significar para algunas personas la estabilidad de su hogar, su familia, sus relaciones más cercanas, sus más queridos; para otros sus metas y sueños, y para otros los logros que han construido. Yo creo que la invitación no se trata de abandonar todas estas cosas, al contrario, creo que muchas veces Dios nos habla a través de los afectos y donde queremos/amamos está nuestra misión. Muchas veces el seguimiento de Jesús puede ser a través de esas relaciones y en cómo me doy en ellas. Se trata más bien, de tener la libertad de no atarnos a lo que queremos; de vivir y relacionarnos de manera generosa y dispuesta a darse sean como sean las circunstancias, sean como me hubiese gustado, o no. Con las personas que me toque, sean las que más quiero u otras, y estar dispuesta a dejar lo más querido si es necesario, tener la libertad de tomar los caminos a los que siento que Dios me va llamando, ya sea que estos involucren la cercanía con los que quiero o no.

Esta libertad y desprendimiento totales los podemos vivir cuando estamos arraigadas en Dios. Cuando ponemos nuestra seguridad en algo más allá de las posibilidades que nos da esta vida, porque reconocemos en Dios y su camino, algo que trasciende todo lo demás. De esta manera, podemos soltarlo todo y confiarnos en sus brazos, por donde nos lleve, porque Dios Padre y Madre es lo único que permanecerá con nosotros; nos ama y desde ese amor nos lleva. Esto pasa por reconocer en Dios una esperanza ante la certidumbre de la muerte; sabemos que moriremos y perderemos todo lo que es importante para nosotros/as, pero Dios trasciende todas esas cosas, más allá de la muerte.

Hace unos años, me llamaba la atención este pasaje, porque sentía que nos llama a la vida religiosa, desapegándose de familia y relaciones prioritarias, estando igual de abierta para todos. Estaba buscando un mayor desprendimiento y radicalidad; y a la vez decidiendo si casarme, y entonces sentía una contradicción: al casarme me voy a apegar más a una persona, seré menos desprendida. En cambio, ahora siento que el desprendimiento no implica el no comprometerse ni involucrarse con nada ni nadie, de manera que no tenga nada que perder, previniendo decepciones, aislándome y no dándome. Al contrario, el camino de Jesús es el de entrega, de amor, de darlo todo, de darse sin asegurarse que eso permanecerá. Dar sin seguros. Soltar el control y solo preocuparse de amar: sin control sobre el futuro, sobre los frutos, ni sobre la permanencia de las relaciones. Buscar primero el Reino de Dios y lo demás se dará por añadidura.

Esta necesidad de soltar para seguir el camino de Dios, la hago extensiva al comportamiento que tenemos como civilización. Creo que una fuente importante de los desequilibrios ambientales ante los que nos encontramos, tiene que ver con el exceso de control que el ser humano quiere tener sobre todo lo creado, sobre la tierra, sobre la vida. Adueñándose de las tierras y las aguas, incluso de la genética de las especies. Tomando el control sobre la fertilidad de las hembras para producir. Diseñando sistemas productivos en los que se tienen todas las variables controladas y manipuladas para obtener el máximo provecho, y con los que se desequilibra el diseño natural con el que están creadas las cosas, perdiendo lo que se nos da gratuitamente y en cambio ganando contaminación, plagas y pérdida de biodiversidad. “Limpiando” zonas cubiertas de bosque, eliminándolo para usar ese terreno para el fin productivo que más convenga. Creemos que podemos reinventar todo a nuestra pinta y nos apegamos a nuestras necesidades culturales y de la civilización; pero la verdad es que dependemos de un diseño mayor de la vida para que esto funcione. Nosotras mismas somos creaturas en este diseño de la vida y tenemos un rol que nos corresponde dentro de los ecosistemas, el que tenemos que respetar y cumplir para que continúe la vida. Veo que Dios lo crea todo amorosamente y nos da lo que necesitamos en el lugar de este diseño de la vida en que hemos sido destinadas/os. Pero si tomamos nosotros el control y establecemos formas de vida a nuestro antojo, con miles de necesidades extra, escindidas de la realidad creada; desbaratamos el diseño creado y no podemos disfrutar de sus frutos. Creo que el Evangelio de este domingo que nos invita a confiar y desprendernos, puede ser buena nueva ahí también, llamándonos a soltar ese control que con tanto ahínco mantenemos, a pesar de las evidencias de autodestrucción a nuestro alrededor.

Soltando y poniéndonos en manos de Dios, podremos reestablecer las relaciones con todo lo demás, recuperando nuestro rol de creatura que se deja labrar y nutrir por su Madre/Padre; que se deja conducir por su Dios en el diseño que Él ha hecho de las cosas; sin aferrarse a los propios antojos, ideas y apegos. En esto harto tenemos que aprender de nuestros pueblos originarios, de lo que llaman el buen vivir, el Küme Mongen.

* Queridas hermanas, queridos hermanos, les enviamos una nueva homilía del Evangelio que anunciamos las mujeres. Nos alegramos y agradecemos los ojos y la voz nueva de mujeres que se atreven a decir y orar el Evangelio para nuestras comunidades. Estas van enriqueciendo nuestra capacidad de comprender y ampliar el mensaje de Jesús. Pueden encontrar todos los comentarios anteriores en Facebook: Mujeres Iglesia Chile, en la página de la Revista Mensaje: https://www.mensaje.cl/category/noticias/iglesia/ y en la página: https://www.kairosnews.cl

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Fuente: https://www.facebook.com/MujeresIglesiaChile/

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