¿Soy Pan para los demás? ¿Cómo ser pan hoy en la sociedad?
Domingo, 18 de agosto de 2024
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6, 51-59.
Jesús dijo a los judíos:
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.
Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”.
Jesús les respondió:
“Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida, y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él. Así como Yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”.
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm.
Jesús dijo al pueblo judío: “Yo soy el Pan vivo bajado del cielo”. Bonita invitación de Jesús, llena de ternura, con mucha claridad e insistencia nos dice: que Él es alimento, comida, el pan vivo. Quienes aceptan esta invitación, se configuran con Él, viven su proyecto, encarnan su estilo de vida.
Jesús dijo al pueblo judío: “Yo soy el Pan vivo bajado del cielo”.
Esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión incondicional a la fe. Cuántas veces nos encontramos hambrientos, vacíos, sin sentido en nuestras vidas, sin este Alimento que sacia, que llena en plenitud.
Es impresionante las veces que Jesús nos repite la frase: “El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna”. Ojalá podamos darnos cuenta de la importancia del sacramento de la Eucaristía en nuestras vidas.
Seguirá diciendo: “Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”. Es conmovedor este llamado de Permanecer en Él, de estar junto a Él, de estar dentro de Él y Él en nosotros y nosotras. Me recuerda lo que dice Teresa de Jesús, ella nos invita a entrar dentro del castillo, donde mora Él, donde nos hacemos uno con Él. Debemos atrevernos a dar respuestas a esta apasionante aventura con Jesús, el Pan Vivo.
Somos personas dichosas de sentirnos invitados a acercarnos a recibir a Jesús en la Eucaristía, para encontrarnos con Él, Jesús Sacramento, que nos espera en el silencio en el Sagrario y nos espera en nuestros hermanos y hermanas sedientos y hambrientos.
¿Cómo vivo la Eucaristía en mi vida cotidiana?
¿Soy Pan para los demás? ¿Cómo ser pan hoy en la sociedad?
Con esta oración, le pedimos a Jesús que nos enseñe…
Dime cómo ser pan
Cómo ser alimento
Que sacia por dentro
Que trae la paz.
Dime cómo dejarme
Comer poco a poco
Entregándolo todo
Y llenándome más.
Dime cómo ser pan
Cómo ser para otros
En todo momento alimento.
Amén.
Fuente: Mujeres Iglesia Chile / Imagen: Pexels.