Una delegación compuesta por siete miembros del Movimiento fue recibida por Francisco en el Aula Pablo VI. Presidente del Consejo de Administración: “Hay que abordar el cambio climático, es necesaria una conversión comunitaria”.
Hace menos de un mes, el 29 de julio, para ser exactos, el Movimiento Católico Mundial por el Clima cambió su nombre por el de Movimiento Laudato si’. Fundado en 2015 por un grupo de 17 organizaciones católicas y 12 representantes de instituciones académicas y de la sociedad civil de todos los continentes, se compromete a sensibilizar a los fieles sobre los retos que plantea la encíclica de 2015 sobre el cuidado de la casa común.
Por ello, el Movimiento, que ahora incluye a más de 800 organizaciones, ha asumido un papel de liderazgo en el apoyo a cursos periódicos para profundizar en la comprensión de Laudato si’: los que asisten se convierten en animadores de Laudato si’ y se comprometen a promover sus valores en sus propias regiones y comunidades.
UNA COMPARTIDA DE CORAZÓN A CORAZÓN
Tomás Insúa, cofundador y director ejecutivo del Movimiento, participó en el encuentro con el Papa Francisco, este 27 de agosto. Vatican News le preguntó sobre sus impresiones de esta reunión:
“Ha sido mi primera experiencia pública para hablar sobre el Movimiento con el Papa. En el encuentro participaron destacados líderes: el cacique Dadá, de la Amazonía brasileña; estaba el científico Greg Asner, de los Estados Unidos, de gran renombre en el mundo del clima y de la biodiversidad. Fue una compartida bastante de corazón a corazón con el Santo Padre, hablando de nuestros sueños en común, de cómo en la Iglesia debemos tejer alianzas al exterior de la Iglesia, sea con pueblos indígenas, con la comunidad científica o movimientos juveniles. Trabajar juntos por nuestra casa común en estos tiempos de grave urgencia.
Lo largo que resultó el encuentro fue una sorpresa, estuvimos 75 minutos juntos. Como diríamos en Argentina, fue una palmada en la espalda, como un apoyo, un aliento para que sigamos trabajando en este sentido, para que desde el Movimiento Laudato si’ sigamos tejiendo estas alianzas no solo en el interior de la Iglesia sino también en el exterior de la Iglesia”.
ABSOLUTAMENTE, LA LAUDATO SI’ ES UNA BUENA NOTICIA PARA LA HUMANIDAD
Insúa expresó que la encíclica Laudato si’ es un instrumento para predicar la Buena Nueva del Evangelio de la creación. Y añadió: “En el capítulo 2, el Papa dice: tenemos que proclamar el Evangelio de la creación (…) El Santo padre nos compartió su testimonio personal: yo soy un convertido desde hace poco tiempo (…) y nos contó que fue evangelizado por los obispos brasileños en la cuestión ecológica. ‘Ahora estoy convencido’, dijo el Papa”.
El director ejecutivo del Movimiento Laudato si’ añadió: “La encíclica nos da herramientas para resolver esta crisis de una forma nueva, que todavía no hemos hecho. Presenta, por un lado, la perspectiva de la ecología integral y, por otro, la perspectiva de que la cuestión ambiental es social (…) esa conciencia de que las dos crisis, ambiental y social, están interconectadas y el Papa con la encíclica lo ha elevado muy fuerte en el discurso público, y por otro lado el tema de la conversión ecológica, este mensaje de Juan Pablo II de que necesitamos un cambio de corazón, una conversión espiritual para resolver esta crisis. Absolutamente, la Laudato si’ es una buena noticia para la humanidad”.
LA CREACIÓN COMO LUGAR DE ORACIÓN
“La Laudato si’ es una fuente de motivación para el día a día”, afirma Insúa. “En ella encontramos la invitación a desarrollar una espiritualidad ecológica. Se debe pensar en la creación como lugar de oración, en este sentido —prosiguió—, se trata de la visión francisca de que toda la creación está rindiendo alabanza a Dios (…) otro aspecto es la incidencia política, estas grandes cumbres de la ONU sobre clima y biodiversidad sobre las que podemos incidir. Un ejemplo es la petición: Planeta sano persona sana”.
LOS CIENTÍFICOS ESTÁN GRITANDO: POR FAVOR CAMBIEN DE RUTA
Insúa insiste en que la incidencia a nivel político y social es importante. “La idea es portar la voz de los católicos para el cuidado de la casa común (…) y eso tenemos que hacerlo juntos, y en esto aún seguimos muy tímidos. Creo que comunidad católica hay mucha actividad, pero falta aún más. La urgencia de la crisis es tal (…) los científicos nos están gritando: por favor cambien de ruta…”.
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Fuente: www.vaticannews.va