Sr. Director:
El pasado mes de agosto se celebró, como es habitual, el «Día de la Solidaridad», fecha especial que busca celebrar y despertar en todos los ciudadanos uno de los valores humanos más importantes que debe imperar en nuestra sociedad. Nos hace personas más sensibles, conectadas con las necesidades de los otros y no solo con las de nosotros mismos, confiriendo con ello una verdadera experiencia de vida.
Es oportuno observar cómo el mayor acceso a Internet está produciendo un nuevo tipo de participación ciudadana. Pareciera que un nuevo tipo de ciudadanía más activa y comprometida con los problemas de su barrio, ciudad o país puede surgir de la mano del crecimiento de las redes sociales. Ese poder, bien utilizado, puede contribuir a generar cambios sociales y colaborar en transformar la forma en que los chilenos nos vamos convirtiendo en ciudadanos más activos y comprometidos. Sin embargo, debemos reconocer que dicho poder también puede constituir un peligro o amenaza.
Ciertamente el Padre Hurtado habría utilizado el poder de las redes sociales para promover sus obras, sus causas y, en particular, el valor de la solidaridad, pero nos habría advertido también de sus peligros y la necesaria educación en su buen uso.
Aprovechemos entonces las posibilidades de encuentro y solidaridad que ofrecen las redes sociales para que la red digital no sea un lugar de alienación, sino un lugar rico de humanidad que propicie la solidaridad y el respeto del otro en sus diferencias.
Mauricio Cox
Coordinador de Comunidad Educativa de Universidad San Sebastián