Sofía y Ronald abandonaron Haití en 2020 tras sufrir la violencia. “Fue difícil para nosotros dejar nuestro país. Ronald era profesor y yo trabajaba en una agencia de viajes, pero las condiciones inestables y las cosas violentas que le ocurrieron a nuestra familia nos obligaron a irnos”, explica Sofía.

Viajando con sus hijos, Ana y Ray, de cinco y tres años, la familia siguió buscando un lugar seguro donde establecerse. Primero emigraron a Panamá, donde tuvieron a su tercera hija, Taylor.

En Panamá, la familia tuvo dificultades para integrarse y mantenerse, por lo que decidieron volver a emigrar. En el sur de México, fueron acompañados por el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), que les proporcionó atención integral. “Cuando llegamos, nos recibieron con los brazos abiertos”, recuerda Ronald.

Garantizamos el acceso a la atención médica especializada con nuestros socios para Sofía y Ray. “He podido recibir la atención necesaria sobre mis problemas de salud y agradezco al JRS por su apoyo”, dice Sofía.

A Ray le diagnosticaron autismo, por lo que ahora recibe terapia y tratamiento médico. Sofía se unió al grupo de confianza de mujeres, donde participa con entusiasmo y encontró estabilidad emocional. Al mismo tiempo, Ronald completó una formación profesional, que le ha ayudado a ampliar sus oportunidades de empleo y Ana se integró con éxito en el sistema escolar.

“Para nosotros, los niños deben estudiar, es lo más importante porque eso les sirve para toda la vida”, comenta Sofía. En diciembre de 2021, la familia recibio por fin proteccion complementaria. Ahora podrán continuar su viaje de curación y reconstruir plenamente sus vidas.

— Esta historia apareció por primera vez en nuestro Informe Anual 2021 para mostrar el impacto de las actividades de salud mental y apoyo psicosocial del JRS en todo el mundo.

Fuente: https://jrs.net/es