Desde el lunes 9 de marzo, se retransmite en directo la misa matutina del Papa.
El Papa Francisco retransmitió este lunes la misa matutina que celebra cada día en su residencia privada, la Casa Santa Marta, y se la dedicó a los enfermos del coronavirus y a quienes contribuyen a aplacar la epidemia.
“En estos días ofreceré la misa para los enfermos de esta epidemia de coronavirus, para los médicos, enfermeros, voluntarios que ayudan mucho, los familiares, para los ancianos que están en las residencias, para los presos encerrados”, empezó el Pontífice.
Y animó a “rezar juntos esta semana, esta oración fuerte al Señor”.
La misa de las 7 de la mañana en Santa Marta es una de las novedades del pontificado de Francisco, pues a ellas solo acude un pequeño grupo de fieles y la Santa Sede ni siquiera distribuye sus homilías y rara vez muestra imágenes de su celebración.
SIN FIELES DEL EXTERIOR
La del lunes 9 de marzo se ha realizado sin la participación de fieles del exterior del Vaticano y solo pudo verse a algunos religiosos y religiosas como celebrantes.
Durante la homilía, Francisco habló de la confesión, y de la necesidad de hacer “un buen examen de conciencia, y ver qué hemos hecho, y decir, delante de Dios ‘he pecado’”.
Ese “reconocer que he pecado” no puede ser únicamente “hacer un elenco de los pecados, de forma intelectual: ‘He pecado en esto…, se lo digo al Padre y el Padre me perdona’. No es necesario. No es justo hacer eso. Eso sería como hacer un elenco de las cosas que debo hacer, que debo tener, que he hecho mal… Pero se queda en la cabeza”.
Por el contrario, informa ACI, “una verdadera confesión de los pecados se debe quedar en el corazón. Ir a confesarse no es únicamente decir al sacerdote: ‘Esta es la lista. He hecho esto, esto, esto…’. Y luego me voy y he sido perdonado. No es eso. Se necesita un paso más, que es la confesión de nuestras miserias, pero desde el corazón. Es decir, que ese elenco que he hecho de cosas malas baje al corazón. Y así hace Daniel, el Profeta: ‘A ti, Señor, la justicia, a nosotros la vergüenza’”.
El Pontífice insistió en que “cuando yo reconozco que he pecado, que no he obrado bien, y eso lo siento en el corazón, surge ese sentimiento de vergüenza: ‘Me avergüenzo de haber hecho esto. Pido perdón con vergüenza’”.
Para Francisco, “la vergüenza por nuestros pecados es una gracia. Debemos pedirla: ‘Señor, que yo me avergüence”’.
VERGÜENZA Y AUTORIDAD MORAL
Explicó que “una persona que ha perdido la vergüenza pierde la autoridad moral, pierde el respeto de los demás: ‘Es un sinvergüenza’. Lo mismo sucede con Dios. Para nosotros, la vergüenza. ‘A ti la justicia, a nosotros la vergüenza (…). Al Señor Dios nuestro, la piedad y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él’”.
Pero ahora Francisco quiere mostrar su cercanía a las personas que están en cuarentena por el brote de coronavirus en Italia, que ya suma al menos 6.387 contagiados y 366 muertos.
El Gobierno de Italia además ha suspendido hasta el próximo 3 de abril todas las ceremonias religiosas, incluidos los funerales, en todo el país para evitar aglomeraciones que puedan derivar en contagios.
Por eso Francisco ayer realizó por primera vez el tradicional rezo del Ángelus en streaming, a través de una pantalla desde su biblioteca, y no desde la ventana del Palacio Apostólico para no congregar a miles de fieles en la plaza de San Pedro.
El Estado de la Ciudad del Vaticano por el momento ha confirmado un caso de coronavirus en su territorio, por lo que procedió a desinfectar su ambulatorio. (RD/Agencias)
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Fuente: www.religiondigital.org