«Un lugar de rescate, de resurrección y de cambio de vida», les pidió a trabajadores de una prisión romana.
«He tenido siempre una sensación cuando entraba en la cárcel: ‘¿Por qué ellos y no yo?'». El Papa ha clamado hoy por que las cárceles, muchas veces «lugares de violencia e ilegalidad» o de pena, en el doble sentido de la palabra, se transformen en laboratorios «de humanidad y esperanza». «La pena, cualquier pena, no puede estar cerrada; debe tener siempre ‘la ventana abierta’ para la esperanza, sea por parte de la cárcel que de cada persona», ha añadido Francisco.
Marchar todos juntos en la misma dirección para ayudar a levantarse y a crecer en la esperanza a quienes lamentablemente han caído en la trampa del mal: fue ésta la invitación del Papa al personal de la cárcel romana Regina Coeli, a quienes recibió en audiencia este jueves en el Aula Pablo VI.
Seiscientos fueron los presentes, entre agentes de custodia, personal administrativo, médicos, educadores, capellanes y voluntarios, acompañados por sus familiares. Una «comunidad de trabajo que se pone al servicio de los detenidos de la cárcel» afirma el Papa iniciando su discurso, no sin antes agradecer las palabras del capellán y de la directora del instituto.
A cada uno de ellos el Santo Padre expresa su gratitud y la de la Iglesia por el trabajo que realizan junto a los detenidos. Una tarea, evidencia el Pontífice, «que necesita fuerza interior, perseverancia y consciencia de la específica misión a la que están llamados».
UNA PENA DOBLE: CASTIGO Y SUFRIMIENTO
«La cárcel es lugar de pena en el doble sentido de castigo y de sufrimiento y tiene mucha necesidad de atención y de humanidad», afirma Francisco, para definir a continuación la «difícil tarea» conjunta que tienen que desarrollar la Policía Penitenciaria, Capellanes, educadores y voluntarios: curar las heridas de quienes por los errores cometidos se encuentran privados de su libertad personal. Y es esta «buena colaboración» entre los «diversos servicios de la cárcel» la que desarrolla una «acción de gran apoyo para la reeducación de los detenidos», precisó el Santo Padre.
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Fuente: www.vaticannews.va