En un informe publicado el 12 de septiembre, la Organización Internacional para las Migraciones reveló que la frontera entre esos países es la ruta migratoria más mortífera del mundo, con 686 personas muertas o desaparecidas el año pasado.
La frontera entre Estados Unidos y México es la ruta migratoria terrestre “más peligrosa del mundo”, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicado el martes 12 de septiembre. En 2022, se registraron 686 muertes o desapariciones en la frontera estadounidense, una cifra que la OIM considera probablemente subestimada debido a la falta de datos procedentes de fuentes oficiales.
En total, 1.457 migrantes murieron o desaparecieron en 2022 en el conjunto de las Américas, también una cifra récord para la región desde que el Proyecto Migrantes Desaparecidos (PMD) comenzó a contabilizarlas en 2014.
“Estas alarmantes cifras nos recuerdan la necesidad de una acción decisiva por parte de los Estados”, según Michele Klein Solomon, directora regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe. “Es esencial mejorar la recopilación de datos. En última instancia, lo que se necesita es que los países actúen sobre la base de estos datos para garantizar el acceso a rutas migratorias seguras y regulares”.
Según el informe, casi la mitad de las muertes en la frontera entre Estados Unidos y México se deben a la peligrosa travesía de los desiertos de Sonora y Chichuahuan. En esta región murieron 307 personas, “mucho más que en otras regiones desérticas donde la migración irregular está muy extendida”, afirma la OIM. A modo de comparación, en el mismo año murieron 212 personas en el desierto del Sahara.
Casi la mitad de las muertes en la frontera entre Estados Unidos y México se deben a la peligrosa travesía de los desiertos de Sonora y Chichuahuan.
Otra zona de especial riesgo en el continente americano es el Tapón del Darién, una selva en la frontera entre Panamá y Colombia.
La organización también ha observado un aumento del número de muertes en las rutas migratorias del Caribe, con 350 muertes documentadas en 2022, frente a las 245 de 2021 y las menos de 170 registradas el año anterior. Las personas procedentes de la República Dominicana, Haití y Cuba representan el mayor número de muertes de migrantes en el Caribe.
Encuestas realizadas por la OIM entre migrantes que han realizado estos viajes revelan que uno de cada veinticinco encuestados dijo haber perdido a una de las personas con las que viajaba. Se trata de una cifra “preocupante”, dado que “250.000 personas llegaron a Panamá por el Darién en 2022, y más de 300.000 hicieron el viaje en 2023”.
“El hecho de que sepamos tan poco sobre los migrantes que desaparecen en las Américas es una realidad sombría”, lamenta Marcelo Pisani, director regional de la OIM para América del Sur. “Esto tiene un profundo impacto en las familias que buscan sin cesar a sus seres queridos desaparecidos”.
El informe concluye haciendo un llamamiento a los gobiernos para que “aborden las causas profundas de la migración irregular, refuercen la asistencia humanitaria y ofrezcan mejor protección a los grupos vulnerables”.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: FreeImages.