Es un punto muerto inmerso en la tensión el que reina en la Franja, con la dirección de las fuerzas armadas israelíes planteando la hipótesis de nuevas operaciones militares para liberar a los últimos rehenes y Hamás insistiendo en el inicio de la segunda fase del acuerdo de tregua, pero excluyendo el desarme en la Franja. Estados Unidos, por su parte, aboga por la prudencia ante cualquier nueva iniciativa israelí.
Admiten que nuevas operaciones militares podrían poner en peligro la vida de los rehenes, pero la cúpula de las Fuerzas de Defensa israelíes ya ha planeado reanudar una intensa guerra en Gaza. Así lo anunció el ministro israelí de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich. Sin embargo, también frena la presión el enviado del presidente estadounidense, Steve Witkoff, que ha pedido al primer ministro israelí que espere a volver a Oriente Medio antes de tomar nuevas medidas en la Franja de Gaza y le ha instado a fijar una fecha de finalización de esta crisis. Hoy mismo se espera a Witkoff en Riad, y mañana en Doha, adonde debería llegar el equipo negociador israelí para mantener conversaciones indirectas con Hamás sobre la base de las directrices del enviado estadounidense. Pero, mientras tanto, ya esta mañana un ataque masivo israelí ha golpeado el norte de Gaza, según informa Al Jazeera: varios vehículos del ejército israelí habrían atacado, en particular, la aldea beduina de Umm al-Nasr.
Por su parte, el grupo islamista, que se declara flexible en las conversaciones, reitera sin embargo que quiere pasar cuanto antes a la fase dos del acuerdo de tregua, que contempla también la retirada del ejército israelí y el fin de la guerra, pero no retrocede ni un paso en el mantenimiento de su arsenal en la Franja, un capítulo en el que Egipto ha insistido como condición para la reconstrucción de Gaza. En este sentido, según informa el diario qatarí al Araby al Jadeed, Hamás, en conversaciones con el enviado estadounidense Adam Boehler, declaró que no renunciará a «armar a las facciones, aunque se establezca un Estado palestino. Es un principio irrenunciable, incluso si cambiara la cúpula dirigente».
El grupo islamista, que se declara flexible en las conversaciones, reitera sin embargo que quiere pasar cuanto antes a la fase dos del acuerdo de tregua, que contempla también la retirada del ejército israelí y el fin de la guerra, pero no retrocede ni un paso en el mantenimiento de su arsenal en la Franja.
Mientras tanto, la presión de Israel sobre Gaza continúa con el corte del suministro eléctrico. Una decisión condenada por Arabia Saudí y Qatar, que denuncian «una violación flagrante del derecho internacional humanitario». Ambos países claman por la intervención de la comunidad internacional. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, también se muestra preocupado: «Esta decisión —afirmó— reduce sustancialmente la disponibilidad de agua potable». Restablecer este servicio —continuó— es vital para decenas de miles de familias y niños».
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.