A pesar de que la historia de los hombres se empecina en buscar resultados por la vía de la violencia, la contracara de la mentira, los pastores de entonces son invitados a reconocer la unión entre la verdad y la paz, igual que lo somos nosotros.
El anuncio de los Ángeles a los pastores es a la vez el reflejo de una realidad admirable: la de la estrecha vinculación entre Dios y los hombres.
Lo que los ignotos pastores son invitados a reconocer por sí mismos, es un mensaje universal que llega hasta nuestros días y seguirá vigente mientras dure el tiempo.
La verdad de Dios en el cielo es la misma verdad del niño en el pesebre.
El fruto de aquel reconocimiento es la paz.
A pesar de que la historia de los hombres se empecina en buscar resultados por la vía de la violencia, la contracara de la mentira, los pastores de entonces son invitados a reconocer la unión entre la verdad y la paz, igual que lo somos nosotros, desde este primer día del año.
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Fuente: www.revistacriterio.com.ar