El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, y el obispo de la diócesis de Arauca, monseñor Jaime Abril González, expresaron su preocupación ante de noticias sobre las confrontaciones armadas entre grupos insurgentes presentes en la región de Arauca, hechos que agudizan la crisis humanitaria y social que por décadas se vive en ese departamento colombiano, fronterizo con Venezuela.
NECESARIA EVACUACIÓN DE CIVILES
Según informa una nota publicada en el portal de la CEC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos disidentes de la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), siguen disputándose el territorio fronterizo con Venezuela, a pesar de la presencia de la población civil en Tame, Fortul y Saravena. De acuerdo con Etelivar Torres, alcalde de Arauquita, la información que se maneja en el departamento es de alrededor de 17 muertos. Igualmente, según informó el personero de Tame, Juan Carlos Villate, se requiere con urgencia la creación de corredores humanitarios seguros para que la población civil salga de los territorios. Se necesita, además, albergue para más de 2.000 personas que buscan escapar de los enfrentamientos entre los grupos insurgentes, y a los que se suma la disputa por el control de la región también por parte de bandas criminales y narcotraficantes.
VERDAD Y CLARIDAD DE LOS HECHOS
Monseñor Jaime Abril González, en un comunicado, lamentó que una vez más sea la población civil la que salga afectada, por lo que expresó su cercanía y solidaridad con ellos. Además, exigió a quienes generan esta violencia dejar por fuera de estas confrontaciones y hostilidades a las comunidades.
Hizo un llamado a “serenar los espíritus, ‘pensar con cabeza fría’, mirar el bien común y no dejarse llevar por un torbellino de violencia que nunca se sabe qué más consecuencias pueda generar”. Igualmente, exhortó al diálogo como camino para superar las diferencias, “poniendo como base fundamental la verdad y claridad de los hechos”.
El prelado pidió a las autoridades que se verifiquen los hechos de lo sucedido y se haga lo necesario para proteger la vida e integridad de la población civil donde se están generando estos enfrentamientos. Así como también, les solicitó se establezcan planes de contingencia y ayuda humanitaria donde sean necesarios. A la comunidad internacional presente en estos territorios, le pide brindar el acompañamiento necesario a la población civil y a sus estructuras organizativas.
El obispo recordó que la Iglesia católica en Arauca, “fiel a sus principios evangélicos, estará siempre dispuesta a colaborar en todo lo que corresponda y sea necesario, con el fin de aportar lo mejor a la superación de los graves hechos actuales y, en general, a la reconciliación y la paz”.
SOLIDARIDAD DEL EPISCOPADO
Por su parte, monseñor Rueda Aparicio, presidente del episcopado, expresó su cercanía con la población de Arauca y lamentó que a tan solo unos días de haber iniciado el 2022, los grupos armados ilegales sigan atentando contra la vida de las personas. El prelado manifestó su voz de cercanía con la Iglesia y los habitantes de esta región del país. Así también, extendió su oración por las víctimas que dejan los enfrentamientos y pidió por la paz en estos territorios.
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Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia / www.vaticannews.va