“Muchos se rebelan hoy contra nuestra patria; pero nosotros sabemos que la patria no ha hecho daño a nadie”. Son las palabras, de nuevo justificativas de la política belicista de la guerra en Ucrania, pronunciadas el pasado domingo, 3 de junio, por el Kirill, patriarca ortodoxo de Moscú, en un servicio religioso en Kaliningrado.
“La alteridad de Rusia despierta celos, envidia e indignación, pero no podemos cambiar”, señaló el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, quien añadió que el actual levantamiento contra Rusia no es “porque seamos malos, sino porque somos diferentes”, según informaciones recogidas por varias agencias de noticias.
“MUCHOS QUIEREN REFORMARNOS, PERO NO FUNCIONA”
“Por supuesto, mucha gente quería reformarnos, como se dice ahora; pero no funcionó, aunque se puso mucho esfuerzo y dinero en reformar Rusia”, señaló Kirill, de 75 años de edad, y uno de los bastiones ideológicos del presidente Vladimir Putin, razón por la cual se contempló que las sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero le fuesen aplicadas también al patriarca.
KALININGRADO, “PUESTO DE AVANZADA ESPIRITUAL”
“Teniendo en cuenta que los países occidentales, por diversas razones, la mayoría de las cuales no pueden explicarse racionalmente, están mostrando una actitud extremadamente inamistosa hacia Rusia, Kaliningrado desempeña hoy un papel muy importante”, señaló Kirill durante la visita a ese estratégico enclave ruso situado entre Polonia y Lituania en el mar Báltico.
Pero no se refería solo a lo político o militar, sino más bien a que la zona es un “puesto de avanzada en el sentido espiritual”, donde, “a diferencia de Europa Occidental, aquí existe una animada vida religiosa”. (RD/Agencias)
Fuente: www.religiondigital.org