Francisco empieza 2021 con una agenda marcada por el acercamiento a China y la transparencia financiera.
Tras un 2020 marcado por la pandemia a nivel mundial, el Papa Francisco empieza 2021 con una agenda cargada en el plano internacional que incluye la profundización de su acercamiento a China, la voluntad de viajar a destinos hasta ahora inéditos para el Vaticano y la posibilidad de avanzar en la transparencia financiera a los ojos de un mundo en el que aún resuenan los últimos escándalos financieros de la Santa Sede.
Después de más de 50 años sin relaciones, el Vaticano y la República Popular China dieron en 2018 un paso fundamental para su acercamiento con la firma de un acuerdo, entonces provisorio y por dos años, para designar de forma conjunta a los obispos en el país asiático.
En octubre de 2020, tras la satisfacción mutua por el acuerdo y tras haber nombrado dos obispos bajo el nuevo marco, Roma y Beijing decidieron renovar por un tiempo similar la colaboración, pese a las presiones del Gobierno de Estados Unidos, que llegó a poner en duda la “autoridad moral” de la Santa Sede por su acercamiento a China.
Desde la renovación del acuerdo, en apenas tres meses, China y el Vaticano han nominado ya a dos obispos, los mismos que en todo el periodo anterior, en un hecho que según Francesco Sisci, analista de la Renmin University of China de Beijing, “marca que habrá más pasos adelante en la relación en los próximos meses”.
“China tiene ahora más confianza en el Vaticano, especialmente tras las críticas de Estados Unidos a la renovación del acuerdo en octubre de 2020, que fueron vistas por Beijing como un gesto de resistencia del Vaticano”, planteó Sisci.
HABRÁ MÁS ORDENACIONES DE OBISPOS EN CHINA
“Beijing vio entonces que el Vaticano era confiable”, sostuvo el analista, que en 2016 entrevistó al Papa para la agencia Asia Times, en el primer reportaje de un pontífice a un medio del gigante asiático.
Sisci sostiene en ese plano que en los próximos meses “habrá más ordenaciones de obispos” bajo el nuevo sistema que supuso el fin de más de 50 años de divisiones en la Iglesia china pero que está aún “lejos” de significar avances para el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
Mientras busca continuar los acercamientos a China, donde se estima que hay apenas unos 10 millones de católicos, el Papa seguirá pendiente de la evolución de la pandemia para tratar de visitar países en los que considera que su presencia puede ser de ayuda.
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Fuente: www.religiondigital.org