Con una poderosa exhortación firmada por seis presidentes de conferencias episcopales continentales, los líderes de la Iglesia católica piden a los líderes de los gobiernos que adopten medidas ambiciosas e inmediatas para enfrentar y superar los efectos devastadores de la crisis climática.
La exhortación fue presentada en Roma y firmada por el Card. Angelo Bagnasco, Presidente de la CCEE y Arzobispo de Génova; el Card. Oswald Gracias, Presidente de la FCEA y Arzobispo de Bombay; Mons. Peter Loy Chong, Presidente de la FCECO y Arzobispo de Suva; Mons. Jean-Claude Hollerich, Presidente de la CCEUE y Arzobispo de Luxemburgo; Mons. Gabriel Mbilingi, Presidente del SCEAM y Arzobispo de Lubango, y por el Card. Rubén Salazar Gómez, Presidente del CELAM y Arzobispo de Bogotá.
Su inspiración proviene del trabajo realizado en el terreno por muchos actores valientes, dentro y más allá de las comunidades católicas, que están divulgando los mensajes del Papa en Laudato Si’. En el contexto de un informe reciente del IPCCC de la ONU sobre la necesidad urgente de desarrollar políticas que limiten el calentamiento global a 1,5 grados, la Iglesia llama a los políticos a trabajar con el fin de lograr una implementación ambiciosa del Acuerdo de París, por el bien de las personas y el planeta. Piden que la próxima conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP24, Katowice, Polonia, en diciembre de 2018) sea un hito en el camino trazado en 2015, en París.
DECLARACIÓN CONJUNTA SOBRE LA JUSTICIA CLIMÁTICA POR LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES
En la exhortación episcopal, se exigen cambios rápidos y radicales mientras se resiste a la tentación de buscar soluciones tecnológicas rápidas. Los líderes eclesiásticos de América Latina, Asia, África, Oceanía y Europa están pidiendo conjuntamente a los gobiernos que tomen medidas concretas para avanzar hacia una distribución justa de recursos y responsabilidades, donde los “grandes emisores asuman la responsabilidad política y respondan a sus compromisos financieros respecto del clima”.
La exhortación de la Iglesia se basa en los principios de la urgencia, la justicia intergeneracional, la dignidad humana y los derechos humanos. Trata algunos puntos centrales: mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C; cambiar a estilos de vida sostenibles; respetar los conocimientos de las comunidades indígenas; implementar cambios en los sistemas financieros, en línea con los acuerdos climáticos globales; transformar el sector energético, poniendo fin a la era de los combustibles fósiles y haciendo la transición a energías renovables; y repensar el sector agrícola para garantizar que proporcione alimentos saludables y accesibles a todos, con un énfasis especial en la promoción de la agroecología.
“Es necesario un cambio profundo y urgente respecto del cambio climático. Necesitamos ver una transformación en las conversaciones sobre el clima de Katowice. Podemos salvar al planeta y a quienes corren mayores riesgos por el impacto del clima extremo, pero necesitamos voluntad política para hacerlo realidad”, señaló Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis.
Con esta declaración, la Iglesia también reafirma un compromiso para dar pasos audaces hacia la sostenibilidad, una contribución crucial para la justicia climática. En todo el mundo, la Iglesia está participando en iniciativas concretas para cambiar a comunidades y estilos de vida más sostenibles, incluyendo un movimiento mundial para la desinversión en combustibles fósiles y un compromiso creciente en el Tiempo de la Creación.
La declaración es apoyada por las redes católicas CIDSE, Caritas Internationalis y el Movimiento Católico Mundial por el Clima.
“Nos sentimos inspirados por este llamamiento de la Iglesia que reconoce muchos de los esfuerzos que las organizaciones católicas están realizando para lograr la justicia climática, la justicia energética y el acceso a la alimentación. También nos sentimos apoyados en nuestra exhortación para un cambio profundo en el sistema social y estamos agradecidos por formar parte de un movimiento global que lo exige. Creemos que esto solo puede suceder realmente cambiando hacia una economía que supere el concepto del mero crecimiento y esté centrada en las personas y la ecología”, afirma Josianne Gauthier, Secretaria General de CIDSE.
“Esta declaración es una clara indicación de que la Iglesia católica está comprometida en todo el mundo para acelerar la acción por la justicia climática. Los líderes de la Iglesia de todos los continentes se están haciendo eco del énfasis del Papa Francisco en la urgencia de la crisis climática. Cada muesca de más en el termómetro mundial es una tragedia para los más vulnerables y no podemos perder ni un solo momento más: hay que encontrar soluciones para ellos y las generaciones venideras. La pregunta es cuándo los líderes políticos aceptarán el desafío”, dijo Tomás Insúa, Director Ejecutivo del Movimiento Católico Global para el Clima.
— Ver texto Declaración Conjunta.
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Fuente: www.caritaschile.org / www.iglesia.cl