La Santa Sede: Urge volver a la senda del desarme

En su intervención ante la Comisión de Desarme de la ONU en la 79ª Asamblea General, el observador permanente, monseñor Caccia, afirma cómo la lógica de la disuasión es un obstáculo para la paz y una causa de división.

Las «soluciones militares» no son una respuesta eficaz a la creciente inestabilidad política en diversas regiones del mundo. «El ciclo del armamentismo» y «la lógica de la disuasión» son la antesala de recelos y divisiones, que alejan a la comunidad internacional de la perspectiva de una paz duradera. Por tanto, es necesario «retomar, con renovada urgencia, el camino del desarme», dialogando también con interlocutores que puedan resultar «incómodos». Esta es la posición de la Santa Sede, expresada por su observador permanente ante las Naciones Unidas, monseñor Gabriele Caccia, en su intervención ante la Comisión de Desarme, en el marco de la 79ª Asamblea General de la organización, celebrada el 8 de abril, en Nueva York.

EROSIÓN DEL DIÁLOGO Y LA COOPERACIÓN

El cambio de paradigma adoptado por «muchos Estados», cada vez más orientados hacia «soluciones militares» para salvaguardar su soberanía y sus intereses, tiene un «coste significativo», según monseñor Caccia, tanto en términos económicos como de «erosión del multilateralismo, el diálogo y la cooperación internacional, que han sido durante mucho tiempo las piedras angulares de nuestros esfuerzos colectivos».

LA CARRERA ARMAMENTÍSTICA NOS ALEJA DE LA PAZ

El observador permanente de la Santa Sede recordó las palabras del Papa Juan XXIII, contenidas en la encíclica Pacem in Terris. Ya en 1963, el Pontífice observaba cómo la carrera de armamentos se justificaba «sobre la base de que, si hoy es posible una paz, solo puede ser una paz basada en el equilibrio de fuerzas. Por lo tanto, si una comunidad política se arma, las otras comunidades políticas deben seguir su ritmo y armarse también». Palabras que «resuenan profundamente» aún hoy, alejando al mundo de una «paz duradera».

ADHESIÓN A LOS TRATADOS CONTRA LAS ARMAS NUCLEARES

Ante la «alarmante» perspectiva de un posible conflicto nuclear, monseñor Caccia reiteró el llamamiento a emprender con «renovada urgencia el camino del desarme». Retomando las palabras del Papa Francisco, reiteró que las armas de destrucción masiva «representan un multiplicador de riesgo que solo da una ilusión de paz». La posesión de tales armamentos sigue justificándose a través de la lógica de la disuasión, «a pesar de la naturaleza cambiante y la complejidad de los conflictos y la realidad innegable de que cualquier uso de estas armas tendría consecuencias humanitarias y ambientales catastróficas». Por ello, la Santa Sede pide la adhesión al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) y al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Las armas de destrucción masiva «representan un multiplicador de riesgo que solo da una ilusión de paz».

DIÁLOGO INCLUSO CON INTERLOCUTORES «INCÓMODOS»

Otro de los temas abordados por monseñor Caccia fue el de las nuevas tecnologías y su impacto en la construcción de la paz. También en este contexto se relanzó el llamamiento del Papa Francisco a establecer «marcos legislativos» para hacer frente a desafíos como, entre otros, la llegada de la inteligencia artificial. Soluciones que, según el Pontífice, solo pueden perseguirse a través de la «vocación de la diplomacia», capaz de fomentar «el diálogo con todos, incluso con aquellos interlocutores considerados más incómodos o que no se considerarían legítimos para negociar. Solo así se podrán romper las cadenas del odio y de la venganza que aprisionan, y desactivar los dispositivos del egoísmo humano, de la soberbia y del orgullo, que son la raíz de toda voluntad beligerante que destruye».


Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.

logo

Suscríbete a Revista Mensaje y accede a todos nuestros contenidos

Shopping cart0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0