Médicos Sin Fronteras solicita que los más de 3 mil refugiados y migrantes atrapados en centros de detención en Trípoli sean evacuados urgentemente del país.
La organización sanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha manifestado su preocupación por todos los civiles que se encuentran en Trípoli, capital de Libia, ya que el empeoramiento de los enfrentamientos está obligando a miles de familias a huir de sus hogares y buscar refugio en albergues temporales establecidos en escuelas y otros edificios. En este contexto, MSF pide que los más de 3 mil refugiados y migrantes atrapados en estos centros de detención, y que corren el riesgo de quedar atrapados en el fuego cruzado, sean evacuados del país urgentemente.
PELIGRO DE MUERTE EN LIBIA
Al 16 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó un total de 1.005 víctimas, entre las que se contabilizan 189 muertos y 816 heridos.
Los trabajadores sanitarios y los servicios de salud se han visto afectados por los bombardeos indiscriminados y los ataques aéreos diarios, que han aumentado durante los últimos días en las áreas más densamente pobladas. Según la OMS, desde el inicio del conflicto dos médicos y un conductor de ambulancia murieron, otro médico resultó herido y nueve ambulancias fueron dañadas o destruidas.
Es por ello que deben tomarse todas las medidas necesarias para proteger a los civiles e infraestructura civil, y entre estas se incluye no llevar a cabo ataques indiscriminados en áreas densamente pobladas.
REFUGIADOS EN CONDICIONES LAMENTABLES
Las instalaciones médicas tanto dentro como fuera de Trípoli han reportado tener una capacidad limitada y menos de dos semanas de suministros médicos. Algunos civiles han estado sin agua y electricidad durante varios días. Para los más de 3 mil refugiados y migrantes que están atrapados actualmente en centros de detención, áreas en conflicto y las zonas circundantes; la provisión de servicios básicos sigue siendo extremadamente limitada. Hay reportes que mencionan que muchos detenidos no comen durante días.
Los enfrentamientos han tenido un impacto perjudicial adicional en la salud mental de las personas detenidas. En este contexto, los equipos médicos son testigos de cómo la ansiedad y el miedo se están apoderando de muchos pacientes.
LIBIA NO ES UN PAÍS SEGURO
Por este motivo, han permanecido en el terreno desde el inicio del enfrentamiento armado, brindando atención médica primaria y bienes de primera necesidad para refugiados y migrantes en cuatro centros de detención en Trípoli. También han entregado medicamentos para la tuberculosis y otros fármacos vitales para garantizar que los enfermos puedan seguir sus tratamientos a pesar de la guerra en curso.
Aunque las cifras de cada centro de detención están sujetas a cambios diarios, actualmente hay 135 personas en las instalaciones de Anjila, ubicadas a 5,5 km de los enfrentamientos. Hace unos días había alrededor de 910 personas en Abu Salim, a 6,5 km de los combates. Se prevé que este centro de detención será el más afectado por el conflicto en los próximos días, debido a que se han producido bombardeos en el vecindario de Abu Salim durante la noche del 16 de abril.
Los enfrentamientos actuales —la tercera oleada en los últimos siete meses— indican, una vez más, la falta de seguridad que predomina en este país, cuyo pueblo padece desde hace años la fría indiferencia de los demás gobiernos de la comunidad internacional.
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Fuente: www.vaticannews.va