Como todos los años alrededor de la fiesta de la Natividad de Jesús, los líderes religiosos de Tierra Santa han emitido un comunicado conjunto en el que muestran su preocupación por el “recrudecimiento de la violencia” en la zona, auspiciado por un nuevo Gobierno en Israel que, por lo que parece, puede provocar un “deterioro gradual de la situación social y política general”.

En su comunicado, los líderes religiosos esperan que el nuevo ejecutivo “traiga estabilidad política”, aunque advierten de “ciertas declaraciones” que “son contrarias al espíritu de coexistencia pacífica y constructiva entre las diversas comunidades que componen nuestra sociedad”.

BASES PARA MÁS VIOLENCIA

“Tales declaraciones favorecen a quienes en este país desean la división. Crean desconfianza y resentimiento. Sientan las bases para más violencia. La violencia en el lenguaje inevitablemente, tarde o temprano, se convierte también en violencia física”, subrayan, incidiendo en la necesidad de evitar “discriminaciones o preferencias”.

“Nos preocupan la violencia y la falta de seguridad en el seno de la comunidad árabe de Israel, herida por continuos incidentes y una delincuencia generalizada. Estos hacen que la vida de las familias sea cada vez más frágil. Es necesario prestar más atención a las comunidades árabes de Israel y ocuparse mejor del desarrollo de las ciudades árabes”, señala el documento, que también recuerda cómo “las escuelas cristianas de Israel están, una vez más, al borde de una crisis”, debido en buena medida por los recientes recortes en la financiación estatal.

DESCONFIANZA ENTRE JUDÍOS Y PALESTINOS

Respecto de Palestina y los Territorios Ocupados, los líderes religiosos de Tierra Santa constatan que “la situación se deteriora progresiva y rápidamente”, con muchos muertos, especialmente en la zona palestina, y la violencia de los colonos en los asentamientos, aunque también se constatan “ataques a la población judía”.

Los líderes religiosos de Tierra Santa constatan que “la situación se deteriora progresiva y rápidamente”.

“La violencia nunca está justificada y siempre debe ser condenada, venga de donde venga. Nadie debe morir por ser judío o por ser árabe”, apuntan, rotundos, los líderes de las religiones en la tierra donde nació Jesús. Al tiempo, “debemos criticar la detención y encarcelamiento de varios menores palestinos, especialmente en Jerusalén Este. La detención y encarcelamiento de menores por motivos políticos nunca debería ser una norma en un país democrático”.

“La ausencia de un verdadero proceso de paz, basado en el Derecho Internacional, provocará más sufrimiento”, añade el comunicado, que lamenta cómo “la violencia es la consecuencia de una profunda desconfianza y quizás incluso odio, que está se arraigando en los corazones de las dos poblaciones, israelí y palestina. Es responsabilidad común de todos, especialmente de los líderes religiosos y políticos de todas las confesiones, fomentar el respeto mutuo y no la división ni los sentimientos de odio».

“Alzamos nuestra voz por las necesidades de los más pobres y débiles: para que se conceda dignidad y libertad al pueblo palestino en su tierra, para que se dé una solución estable y justicia a los cinco millones de palestinos que viven en los territorios ocupados, y para que en Tierra Santa todas las comunidades nacionales tengan los mismos derechos”, finaliza la nota, que ve “brotes verdes” en el regreso de peregrinos a Tierra Santa, con lo que conlleva de ingresos y trabajo para muchas familias.

“Invitamos a todas nuestras comunidades a rezar por la paz en Jerusalén, en Tierra Santa y en todos los lugares del mundo donde la violencia, el odio y la división son fuente de sufrimiento”, finaliza el comunicado.

Fuente: www.religiondigital.org / Imagen: Pexels.