“La cría de ganado lo era todo para mí, era la única forma en que yo y mi familia podíamos sobrevivir. Pero todo cambió cuando Boko Haram atacó mi comunidad. Perdí mi medio de subsistencia, la vida se volvió muy difícil y dura en ese momento”, relató Patience.
Patience, de 39 años y madre de siete hijos, narró con dolor su calvario después de que su familia se viera desplazada como consecuencia de la insurgencia de Boko Haram en su comunidad, Chibok. Ella dijo: “Los vi matar a cualquiera que se atreviera a cruzarse en su camino. No tuvimos tiempo de coger nada de la casa, así que les dije a los niños que empezaran a correr. Tardamos más de cuatro días en llegar a la comunidad de Biu. Yo no tenía ninguna forma de ganar dinero; mi marido y yo hicimos todo lo posible para alimentar a nuestros siete hijos, pero no pudimos enviarlos a la escuela”.
Patience no tenía ningún otro medio de subsistencia aparte de la cría de ganado y la agricultura. Ella y otras mujeres de la comunidad buscaban la forma de obtener préstamos para poner en marcha un negocio que les ayudara a ellas y a sus familias. Recuerda lo siguiente: “Fue una búsqueda muy difícil para nosotras, las que encontramos nos hacían pagar enormes intereses, lo que nos impedía obtener beneficios. No teníamos medios de subsistencia, hasta que el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) vino en nuestra ayuda. El JRS vino exactamente cuando más lo necesitábamos, porque las cosas ya se nos estaban yendo de las manos”.
El JRS, con el apoyo de Misean Cara y ALBOAN, introdujo una Asociación de Ahorro y Préstamo de la Aldea (VSLA, por sus siglas en inglés) en la comunidad de Bui. La VSLA es una cooperativa de ahorro formada para que las mujeres desplazadas desarrollen una cultura del ahorro y lograr un apoyo crediticio interno entre ellas. También es un entorno de aprendizaje formal en el que se presentan a las mujeres nuevas oportunidades de negocio para apoyar la generación de ingresos en el hogar.
El JRS, con el apoyo de Misean Cara y ALBOAN, introdujo una Asociación de Ahorro y Préstamo de la Aldea (VSLA, por sus siglas en inglés) en la comunidad de Bui.
Patience afirmó: “El JRS nos proporcionó kits de inicio y una ficha de 20.000 nairas después de la formación, así fue como empezamos”.
Como integrante de la VSLA, Patience encontró formas de apoyar a las mujeres de su comunidad para que sean autosuficientes, compartiendo sus conocimientos básicos y actividades clave de generación de ingresos, como la producción agrícola y ganadera.
En la actualidad, la VSLA, que comenzó con 25-30 integrantes, se ha ampliado a dos grupos diferentes en Biu. Las mujeres de la comunidad son ahora autosuficientes con el dinero que ahorran de la VSLA, son más independientes y pueden disponer del capital necesario para poner en marcha sus negocios, enviar a sus hijos a la escuela y atender sus necesidades.
“Esto es muy importante para nosotros porque reduce el nivel de matrimonio infantil temprano en la comunidad”, continuó. “Los hombres están contentos con lo que hacemos y han formado su proprio grupo. Al principio, pensaba que la VSLA consistía en reunir dinero y hacer lo que quería con él, pero el JRS nos enseñó a establecer negocios con el dinero para que tuviéramos unos ingresos estables. Al final del círculo de ahorro, ahorro más y puedo vivir mejor”.
El programa VSLA va más allá de ser una herramienta de empoderamiento económico, ya que las reuniones también se utilizan para el desarrollo de habilidades. Esto implica utilizar los recursos limitados de la comunidad para fomentar el ahorro y el intercambio de conocimientos sobre las principales actividades generadoras de ingresos. Patience tiene la esperanza de que la iniciativa se mantenga incluso en ausencia del JRS y que también llegue a otras mujeres de la comunidad.
Fuente: https://jrs.net/es / Imagen: Servicio Jesuita a Refugiados.