Dos grandes propuestas del libro de Hans Joas: la des-magificación y la sacralización de la persona.
El connotado teórico social y sociólogo de la religión, Hans Joas, en su último libro publicado este año, The Power of the Sacred. An Alternative to the Narrative of Disenchantment, realiza la ambiciosa tarea de criticar y proponer una alternativa a la famosa tesis del desencanto del mundo de Max Weber. Esta tesis, a grandes rasgos, se puede entender en tres grandes etapas: a) el desencanto del mundo implica un proceso de intelectualización por el cual lo sobrenatural se retira del escenario social; b) el mundo aparece como cognoscible racionalmente (con lo cual se entroniza a la ciencia como la forma válida de conocimiento), y c) se pierde la capacidad unificadora de sentido que otrora entregaba la religión; a raíz de la Reforma y la proliferación de múltiples sectas se da paso a un politeísmo valórico en el cual los individuos realizan una búsqueda de sentido propia. Es importante señalar que este proceso de desencanto y retroceso de lo sobrenatural se inicia hace milenios cuando el judaísmo antiguo se convierte en una religión monoteísta y rechaza el politeísmo de otros pueblos y culmina con la Reforma y el calvinismo que rechaza incluso toda huella de ceremonial religioso en la tumba.
A continuación, quiero concentrarme en las dos grandes propuestas del libro de Joas: la des-magificación y la sacralización de la persona. Primero, enfatiza que el proceso de desencanto debe entenderse más bien como un proceso de des-magificación y que también la primacía del conocimiento científico en el mundo moderno obedece a un conocimiento de tipo social, como también lo puede haber sido una cosmovisión mágica en las sociedades primitivas. Lo que afirma Joas es que la sociedad moderna ha provocado el retroceso de lo mágico, pero no necesariamente se ha desencantado en el sentido de la tesis weberiana. En este sentido, puedo afirmar que la magia sigue estando presente y quizás a nivel social ha perdido visibilidad, pero ya sea en EE.UU. o América Latina, los sujetos en búsqueda espiritual recurren a ciertos grupos de tintes mágicos. Por ejemplo, el sociólogo norteamericano Christian Smith ha analizado la participación en la Wicca (o brujería moderna) entre población joven con capital cultural y educacional en su libro Religion. What it is, How it Works, and Why it Matters. En nuestra región, Alejandro Frigerio (antropólogo argentino) ha investigado sobre las religiones afro-caribeñas y sus componentes mágicos en Buenos Aires, y Cristián Parker (sociólogo chileno) ha identificado la atracción que ejerce el esoterismo dentro de jóvenes universitarios. En otras palabras, el proceso de des-magificación propuesto por Joas se entiende a nivel social, pero la magia no desaparece completamente de la sociedad contemporánea, puesto que los individuos recurren a ella como parte de una búsqueda espiritual (o para satisfacer una necesidad determinada).
Segundo, con respecto a la sacralización de la persona, Joas hace un recorrido desde las sociedades primitivas, donde existía una sacralización colectiva y se rechazaba a aquellos extraños al grupo, para luego pasar al universalismo moral del cristianismo que propone amar incluso a los extraños, para finalizar en la sacralidad de la persona en el mundo moderno. Este último elemento tiene influencias de la teoría durkheimiana, cuando esta afirma que hay una religión del individuo en la sociedad moderna con solidaridad orgánica y que el elemento común que existe es el respeto por la dignidad humana en un contexto de diversidad cultural y social, que se plasma por vez primera en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Joas retoma este punto y podemos interpretar cómo la idea de la dignidad del sujeto que surge en occidente se ha expandido a otros contextos socioculturales. Lo interesante de indicar es que solo en el mundo moderno se concibe que las personas somos iguales y tenemos plenos derechos para todos; en el mundo pre-moderno, la norma fue entender a la sociedad como compuesta por órdenes desigualmente distribuidos o jerarquizados.
En el mundo contemporáneo, la sacralidad de la persona se ha extendido más allá del occidente original; por eso nos conmueve y nos causa rechazo cuando vemos los atropellos a los derechos humanos a un nivel nacional o internacional. Como pertenecemos a un modelo social que concibe que somos iguales ante la ley (Locke), que nacemos iguales y la sociedad nos corrompe (Rousseau) y que tenemos unos derechos derivados del culto al individuo (Durkheim), es como nos impacta tanto la violación a la dignidad de las personas. Es así como, por estos días, nos impacta el tratamiento a las mujeres dado por el régimen talibán en Afganistán, nos conmueve ver como un grupo fundamentalista que interpreta de manera aberrante la doctrina religiosa, promueve prácticas de violación a los derechos fundamentales de la población femenina.
El libro de Joas constituye una erudita revisión de la tesis weberiana y centra el análisis en un tópico de plena actualidad: la difusión de los derechos humanos, y de otro que permite una comprensión de la vida religiosa de ciertos sectores: la presencia (o decline) de la magia en la sociedad contemporánea. En definitiva, constituye un notable análisis teórico que nos demuestra cómo el estudio de la religión nos permite abordar la comprensión de lo social. MSJ