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Los responsables políticos instaron a oficiar misas a través de plataformas en línea y, para los servicios religiosos más relevantes, como Jueves, Viernes Santo o Vigilia Pascual, se ofreció un espacio en la televisión pública.
“Estamos ante una nueva pandemia”. Con este crudo diagnóstico, la canciller alemana Angela Merkel ha anunciado nuevas restricciones en el país, que entrarán en vigor este domingo y se prolongarán durante toda la Semana Santa. La más polémica ha sido la petición (al comienzo parecía una imposición, de modo que tuvo que salir a aclararlo) de cierre de todos los templos, y la recomendación de que los cultos se ofrezcan únicamente por streaming o por los medios de comunicación.
La norma, consensuada por el Gobierno y las autoridades de los 16 länder, ordena el cierre de bares, restaurantes, cafés y todos los comercios que no sean considerados como establecimientos esenciales. Asimismo, se prohibirán las reuniones sociales tanto fuera como dentro de las viviendas, los encuentros al aire libre, se limitará el transporte público y la movilidad entre estados alemanes.
Los responsables políticos han instado a las iglesias a oficiar sus misas a través de las plataformas en línea y, en el caso de los servicios religiosos de mayor relevancia, como Jueves, Viernes Santo o la Vigilia Pascual, se ha ofrecido un espacio en la parrilla de la televisión pública.
Con todo, los responsables católicos y evangélicos alemanes han respondido con indignación. “La Pascua es la festividad más importante para nosotros, los servicios religiosos no son un accesorio”, señaló el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, quien reclamó un tratamiento como el permitido en Navidad cuando, agregó, “mostramos cómo podemos celebrar la misa con cautela”.
Más duro fue el obispo de Augsburgo, Bertram Meier, quien calificó la medida de “ducha fría”, denunciando que no había habido diálogo con las autoridades.
Por su parte, el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, Heinrich Bedford-Strohm, adelantó que pedirán “una explicación precisa de por qué las medidas de protección higiénicas, probadas y comprobadas en todas las iglesias, ya no son suficientes”. El debate está servido.
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Fuente: www.religiondigital.org
