Tres barcazas con cerca de 300 personas, muchos de ellos niños, desaparecieron frente a las Islas Canarias. En el Mediterráneo, un pesquero rechazado por Malta regresó a Libia.
“La muerte de inocentes, principalmente niños, en busca de una existencia más serena, lejos de las guerras y la violencia, es un grito doloroso y ensordecedor que no puede dejarnos indiferentes”. Lo afirma el Papa Francisco en un mensaje al arzobispo de Agrigento, Alessandro Damiano, con motivo de las celebraciones en Lampedusa por el décimo aniversario de su viaje a la isla siciliana. Un nuevo “grito” llega hoy desde el océano Atlántico. Varias embarcaciones con 300 inmigrantes a bordo han desaparecido frente a las Islas Canarias. Los equipos de salvamento marítimo españoles han avistado en las últimas horas una embarcación que podría ser una de las tres barcazas desaparecidas en la ruta entre África y Canarias. Un avión de búsqueda y rescate avistó la barcaza a unos 140 kilómetros al sur del archipiélago español, frente a la costa occidental de África. Según informa el grupo “Walking Borders”, dos de las embarcaciones habrían zarpado hace más de quince días, y la tercera el 27 de junio de Kafountine, en la región de Casamance, al sur de Senegal.
La ruta atlántica conecta África y Asia con el sur de Europa. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirma que más de 23.000 migrantes recorrieron la ruta hacia Europa en 2020. En este sentido, Txema Santana, periodista, experto en la ruta atlántica y consejero de Inmigración de la Vicepresidencia del Gobierno de las islas españolas, afirmó en una entrevista en 2021 que 1.381 personas habían llegado a Canarias desde el Atlántico desde junio de 2020, con lo que el total de llegadas en 2021 ascendió a 6.774. El académico explicó que una vez que los migrantes llegan a Canarias, son llevados al Cate, Centro de Atención Temporal de Extranjeros, similar a una comisaría de policía, donde las personas pueden ser detenidas por un máximo de tres días para su identificación.
La cuestión migratoria preocupa no solo a los países de origen, sino también a los de tránsito, como Libia, donde siguen difundiéndose relatos de abusos físicos y psicológicos contra migrantes, a veces detenidos ilegalmente en centros donde no se respetan los derechos humanos. Hay muchas razones por las que la gente emigra. Save The Children, la organización que lleva más de 100 años luchando por los derechos de los niños y por garantizarles un futuro, señala en un comunicado que entre ellas se encuentran los conflictos entre Estados o dentro de un mismo país, los graves desequilibrios económicos entre distintas zonas geográficas, la presencia de sistemas no democráticos que son fuente de persecución y desprecio de los derechos humanos, y el cambio climático. Por último, el impulso de los seres humanos por garantizar una supervivencia aceptable para sí mismos y sus seres queridos también desempeña un papel clave.
La cuestión migratoria preocupa no solo a los países de origen, sino también a los de tránsito, como Libia, donde siguen difundiéndose relatos de abusos físicos y psicológicos contra migrantes.
Además de la ruta atlántica que pasa por las Islas Canarias, hay dos rutas más utilizadas por los emigrantes africanos y asiáticos que viajan al continente europeo: la ruta del Mediterráneo central y la ruta oriental. La primera, que conecta Libia y Túnez con Italia, es la más mortífera. Desde el tribunal local Fawzi El Masmoundi se informa que hay diez personas más desaparecidas, mientras que once han sido rescatadas por la guardia costera. El mes pasado, un barco que partió de Libia volcó frente a las costas de Grecia con más de 750 personas a bordo. Se confirmó la muerte de 78 personas. Estas se suman a las tragedias de Cutro (Calabria) y Pylos (Grecia). La Organización Internacional para las Migraciones informa que desde 2014 se han producido 27.000 muertes en el Mediterráneo por naufragios o accidentes.
Incluso para los países de llegada, como Italia, las dificultades no disminuyen. El Ministerio del Interior informa que 64.000 migrantes desembarcaron en Italia en 2023. “Es necesario asegurar que quienes llegan a las costas de nuestro país, empezando por los niños y las personas más vulnerables, reciban una asistencia inicial digna y traslados oportunos, que hoy no están garantizados en Lampedusa y otras zonas de desembarco”, ha declarado Raffaela Milano, directora de Programas Italia-Europa de Save the Children.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.