En la misa del cuarto Domingo de Adviento, el cardenal y arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, se refirió a las medidas adoptadas por la autoridad sanitaria para los días de la Navidad. En su homilía, cuestionó el proyecto de ley de eutanasia.
La celebración transmitida por emol.com, comenzó con una invitación a desear con fuerza la paz. “Que este saludo de paz que abre nuestra celebración se vaya haciendo cada vez más intenso en estos días (en que nos acercamos) a la Navidad. Pidamos a Dios la paz para nuestro propio corazón, para nuestra familia, para las personas que amamos, aunque no las podamos tener cerca”, animó el arzobispo.
Sobre este tiempo que se aproxima, el cardenal sostuvo: “La Navidad no puede ser simplemente una historia de lucecitas, de música, de villancicos, de regalos. Es encontrarnos con la verdad más profunda, abrirnos a Dios y decir: No entiendo, pero acato tu voluntad”.
En esa línea, invitó a los feligreses a preparar el corazón para celebrar este año de manera distinta: “Seamos respetuosos con las normas sanitarias, no cometamos excesos. No sea que por un cariño mal entendido, estemos llevando las complicaciones, la enfermedad y el contagio, a otros”. Preparemos esta fiesta con responsabilidad, para “encontrarnos con ese Dios que nos ama, con ese Dios que es la vida. Con ese Dios que sabe y tiene sus planes”, advirtió.
LA CONTINGENCIA
Respecto del proyecto de ley que busca regular la eutanasia o muerte médicamente asistida en Chile, el cardenal Celestino Aós se pronunció en su homilía: “Lo pienso así, con estremecimiento, con todo el dolor del corazón, cuando hay personas que se arrogan el derecho sobre la vida. (Ellos dicen) nosotros sabemos cuándo hay que liquidar a ese hombre o a esa mujer. Hagamos eutanasia, demos la muerte digna. (Pero acaso), ¿somos nosotros los dueños de la vida?”.
“Dios es Dios; y Dios es el Señor de la vida”, afirmó el arzobispo. “Ahora en la Navidad, quizás como un regalo que Dios nos hace y que nosotros tenemos que hacernos a nosotros mismos, tenemos que ver si no estamos cayendo en la trampa de querer también convertirnos en dioses”, pidió.
Al cierre, el cardenal pidió que en esta Navidad “nazca la luz para nosotros para que sepamos ser siempre personas que dejan que Dios sea Dios, y que entienden que el misterio final de la vida humana, la de Jesús, la suya, la mía, la del que está siendo engendrado en este momento, está en las manos de Dios y nosotros tenemos que acoger esa vida. Tenemos que cuidarla, tenemos que ayudarla a que se desarrolle y tendremos quizás que acompañarla en el último momento, cuando se nos adelante, porque un día nos vamos a encontrar allí en Dios con ellos. Celebremos así esta preparación ya cercana para las fiestas de la Navidad”.
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Fuente: www.mensaje.cl