“Es una alegría saber que estamos caminando juntos”, afirmó Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño en un video mensaje dirigido a los miembros de la Comisión que anima el camino sinodal desde el organismo y al pueblo de Dios, dispuesto a responder a la invitación del Papa Francisco.
El prelado confirmó que en esta fase del Sínodo, América Latina y el Caribe trabajarán con las cuatro regiones ya existentes para el trabajo pastoral. La expectativa es que los encuentros regionales alcancen una participación de 400 a 500 personas. Hacia final de la etapa continental el CELAM realizará un encuentro en Bogotá que contará con la participación de los presidentes de las Conferencias Episcopales del continente y sus secretarios generales.
ESCUCHA Y DISCERNIMIENTO
Firme en el propósito de avanzar en la misión de animar a las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe en la etapa continental del Sínodo, Monseñor Cabrejos recordó que es muy importante ubicarse en el cierre de la etapa diocesana, en donde se hizo un ejercicio de escucha y se recogieron todas las contribuciones para ofrecer una síntesis de todas las voces a la Iglesia universal.
Síntesis que dio paso al Documento de referencia para la etapa continental; publicado el 27 de octubre y que constituye la base de lo que será la continuidad del proceso. Al respecto Mons. Cabrejos recordó que se trata de un documento que ayudará al proceso de discernimiento, en el que ha sido fundamental la escucha, como experiencia inédita en la historia de la Iglesia.
Un referente para adelantar el siguiente paso. “El elemento esencial es discernir a partir de las voces del propio pueblo de Dios que recoge el Documento para la etapa continental”, afirmó.
ABRAZAR LA NOVEDAD
Para el prelado “hay una perspectiva positiva y de esperanza, mirando los desafíos que tenemos en el mundo de hoy y la clara llamada a la conversión permanente de la Iglesia”. En este sentido, el arzobispo de Trujillo explicó que la cita del profeta Isaías que da origen al título e intención tanto del Documento como de la misma fase continental del Sínodo; nos invita a ensanchar el espacio de la tienda, lo que debemos interpretar como una recomendación para que desde la Iglesia seamos capaces de abrirnos para ofrecer un espacio a todos los miembros que han sido relegados y excluidos históricamente.
De ahí —advierte Monseñor Cabrejos— que la Iglesia sea capaz de incluir e integrar los grandes desafíos socioambientales de cara a problemáticas como la pobreza, las migraciones, el diálogo ecuménico e interreligioso, el lugar de la mujer y su espacio en la toma de decisiones, entre otros.
“Tenemos necesidad de acercar más al pueblo de Dios, de ser parte de este camino que se teje en común para el seguimiento de Cristo, para el anuncio del Evangelio, en el corazón del mundo de hoy”, afirmó.
Refiriéndose a las siete grandes regiones en las que se ha divido el mundo para organizar la participación en el Sínodo; indicó que una de las expectativas es lograr una gran participación del pueblo de Dios en los diferentes espacios destinados a la libre expresión de ideas e inquietudes.
Estados Unidos y Canadá, Latinoamérica y el Caribe, África y Madagascar, Medio Oriente, Europa, Asia y Oceanía; son las regiones que tienen la misión de motivar la participación en las actividades propuestas, “principalmente las destinadas a fortalecer los procesos de escucha, la toma de la síntesis universal, devolverla al nivel continental y hacer nuevamente un discernimiento”, agregó.
Estados Unidos y Canadá, Latinoamérica y el Caribe, África y Madagascar, Medio Oriente, Europa, Asia y Oceanía; son las regiones que tienen la misión de motivar la participación en las actividades propuestas.
TRES PASOS
A la luz de la realidad continental, el también presidente de la Conferencia Episcopal peruana cuestionó sobre el Sínodo, ¿a qué nos llama el Señor en esta fase? Acerca de eso advierte que lo primero es hallar los ecos o movimientos internos causados por la lectura de la síntesis; siempre en clave de discernimiento. En segundo término, descubrir las tensiones, los aspectos que pueden ser problemáticos o faltantes.
En tercer lugar, afirma el prelado, es necesario ver los posibles horizontes, es decir, “hacia donde percibimos que el Espíritu desde la mirada de un continente región nos está llamando como horizonte en lo general”. Frente al proceso del Sínodo que avanza, Monseñor Cabrejos insiste en que es oportuno preguntarnos cómo se está adelantando la participación del pueblo de Dios.
A lo que responde diciendo que con esto “se abre la puerta para que a nivel diocesano nuevamente quienes apoyaron este proceso puedan acompañar y participar”, lo que ayudará a las Iglesias particulares para encausar el proceso del Sínodo a la luz de sus posibilidades y contextos.
Igualmente explicó que, si una diócesis adelanta alguna experiencia particular, debe dirigir los resultados a la Conferencia Episcopal de su país, para contribuir a la lectura y posterior discernimiento del Documento de la fase continental. Se trata de motivar la elaboración de insumos que no se entregarán al CELAM, sino que serán recopilados por los delegados de las Conferencias Episcopales que posteriormente compartirán los resultados de este y otros procesos durante los encuentros regionales.
Fuente: https://adn.celam.org / Imagen: ADN Celam.