La húngara Katalin Karikò y el estadounidense Drew Weissmann ganaron el prestigioso premio de la Academia Sueca por “contribuir al ritmo sin precedentes en el desarrollo de vacunas” durante la pandemia. La OMS: “Su dedicación salvó vidas”.
La bioquímica Katalin Karikó y el inmunólogo Drew Weissman ganaron el Premio Nobel de Medicina 2023 por sus descubrimientos que permitieron el desarrollo de vacunas contra el Covid-19 basadas en el ARN mensajero. “A través de sus descubrimientos revolucionarios, que han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunológico”, dijo la Asamblea del Nobel de Estocolmo, “los dos galardonados han contribuido al ritmo sin precedentes del desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas para la salud humana en los tiempos modernos”.
“A través de sus descubrimientos revolucionarios, que han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunológico”.
Karikò, húngara nacida en 1955, es catedrática de la Universidad de Szeged en su país natal y profesora adjunta de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania. Fue vicepresidenta sénior y responsable de la sustitución de las proteínas de ARN en la empresa farmacéutica BioNTech hasta 2022 y desde entonces es consultora de la compañía. El estadounidense Weissman, nacido en 1959, es en cambio profesor de investigación de vacunas, también en la Escuela Perelman. “Obviamente, este es el premio más importante que puede recibir un científico”, dijo Weissman junto a Karikò en un video de felicitaciones de la Universidad de Pensilvania. “Es un honor increíble”, añadió, “trabajando los unos sin los otros, no podríamos haberlo conseguido”.
La idea de Karikò era utilizar el ARNm —que contiene las instrucciones para que las células produzcan las proteínas que el cuerpo necesita— para generar proteínas útiles contra las enfermedades mediante informaciones introducidas sintéticamente. El gran avance se produjo en 2005, cuando, junto con Weissman, encontró la forma de que estas proteínas inducidas artificialmente no fueran atacadas por el sistema inmunitario. Aplicado a las vacunas —las más conocidas contra el Covid fueron las producidas por Pfizer-Biontech y Moderna—, esto significa, simplificando, que es directamente el organismo el que produce las proteínas en lugar de reaccionar a la inoculación controlada del virus, como ocurre con las vacunas tradicionales.
“El Nobel de este año reconoce por tanto su descubrimiento científico básico que ha cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con el sistema inmunitario y ha tenido un gran impacto en la sociedad durante la reciente pandemia”, reiteró Rickard Sandberg, miembro de la Asamblea de los Nobel del Instituto Karolinska. Las felicitaciones también llegaron de la Organización Mundial de la Salud, “su dedicación a la ciencia ayudó a salvar vidas”, escribió el Director General Ghebreyesus. Los dos científicos recibirán el premio de manos del Rey de Suecia el 10 de diciembre en Estocolmo, así como una suma en efectivo de alrededor de un millón de euros.
Fuente: www.vaticannews.va/es / Imagen: Pexels.