Llaman a implementar políticas publicas basadas en el respeto a los derechos humanos, la libertad de tránsito y la protección internacional.
Un grupo de instituciones interconfesionales y pro-migrantes que trabajan en la frontera entre Bolivia y Chile hicieron un llamado a los gobiernos para que implementen políticas publicas basadas en el respeto a los derechos humanos, la libertad de tránsito y la protección internacional. En una carta abierta dirigida a los gobiernos de los dos países advierten que solo así se podrá dar una respuesta al fuerte proceso de migración forzada que viven actualmente.
“No queremos una sociedad insensible y poco solidaria”, se lee en el documento firmado por la Pastoral Social Cáritas de Bolivia y Chile, la fundación Scalabrini, el Instituto Católico Chileno de Migración y la World Vision de Arica.
Así reiteran la solicitud para que con la misma urgencia y coherencia se promuevan y fortalezcan políticas públicas acordes con las necesidades de las poblaciones vulneradas en los países de acogida y que en el continente existan condiciones de bienestar, justicia social, respeto y promoción de los derechos de sus habitantes.
TRES ANHELOS
En este sentido, las organizaciones insisten en tres aspectos fundamentales que beneficiarían a los migrantes:
— Abrir fronteras: Haciendo uso de las atribuciones propias de la soberanía territorial la propuesta para los gobiernos es que consideren la apertura de fronteras para quienes buscan vivir en paz, anhelan unificar sus familias y constituirse en una esperanza de vida.
— Confianza y cooperación: Las organizaciones confían en que los gobiernos puedan verlas como aliados para promover soluciones sostenibles, solidarias y dignas para afrontar los procesos de migración forzada.
— Generosidad: Promover la asistencia humanitaria y las expresiones de solidaridad en las poblaciones de Bolivia y Chile, así como trabajar en el respeto a las costumbres propias de los territorios en los extranjeros.
ORGANIZACIONES COMPROMETIDAS
De acuerdo con la información publicada por Cáritas Bolivia, al iniciar el 2021 el paso de migrantes (venezolanos, haitianos y colombianos) hacia Chile, de manera irregular, era de 100 a 150 personas por día; luego de que las autoridades chilenas militarizaran la frontera, el flujo decreció, llegando a un número de 10 a 12 personas por día, que actualmente siguen cruzando la frontera.
Dentro de los problemas más fuertes de esta población está la ausencia de elementos de bioseguridad de uso obligatorio, lo que incrementa el riesgo de contagio de Covid-19 entre la población nacional, es así que los migrantes solo pueden recibir atención en las casas de acogida designadas.
Por su parte el Instituto Católico chileno de migración adelanta la campaña Desafío Migrantes que ha permitido contribuir con apoyo social y asesoría jurídica a la población migrante, gracias a las donaciones de miles de personas.
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Fuente: https://prensacelam.org