El Papa Francisco y el líder palestino Ahammoud Abbas se hablaron por teléfono a raíz del tema del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
“Mi pensamiento se dirige ahora a Jerusalén. Al respecto, no puedo callar mi profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días y, al mismo tiempo, dirigir un apremiante llamamiento para que sea empeño de todos respetar el status quo, en conformidad con las pertinentes Resoluciones de Naciones Unidas.
Jerusalén es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes, que veneran en ella los Lugares Santos de sus religiones respectivas y tiene una vocación especial para la paz.
Ruego al Señor que dicha identidad sea preservada y fortalecida en beneficio de Tierra Santa, Oriente Medio y el mundo entero, y que prevalezcan la sabiduría y la prudencia, para evitar añadir nuevos elementos de tensión a un panorama mundial ya convulsionado y marcado por tantos conflictos crueles”.
El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, en la víspera de este llamamiento, confirmó que el Papa Francisco y el líder palestino Ahammoud Abbas se hablaron por teléfono a raíz del tema del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
La conversación, que tuvo lugar por iniciativa de Abbas, se enmarca en una serie de contactos del Presidente de la ANP después de su coloquio con el Presidente de Estados Unidos, en el que, según señaló el portavoz del mandatario palestino, Donald Trump ha comunicado su intención de trasladar la embajada estadounidense.
El Papa Francisco, en la primera audiencia general de Adviento y primera después de su peregrinación a Myanmar y Bangladesh, a la que dedicó su catequesis, deseó a los peregrinos de tantas partes del mundo que el Señor ayude a todos a abrir los corazones a amar y a optar por el prójimo, en especial por los más menesterosos:
“Queridos amigos, en este tiempo de comienzos de Adviento, estamos invitados a salir al encuentro de Jesús, que nos espera en todos los necesitados a los que podemos llevar la luz del Evangelio y el consuelo de la caridad.
El Señor nos invita, en este tiempo de Adviento, a ir al encuentro con Él, que se deja reconocer en los más pequeños, en los enfermos, en los necesitados. Que el Espíritu Santo los guíe en su camino”.
La audiencia coincidió con la memoria de San Nicolás, como recordó el Papa en su cordial bienvenida a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados:
“Hoy es la memoria de San Nicolás de Bari. Queridos jóvenes, pongan por encima de todo la búsqueda de Dios y de su amor; queridos enfermos, que el ejemplo de los santos sea ayuda y consolación en los momentos de mayor necesidad; y ustedes, recién casados, con la gracia de Dios, hagan cada vez más firme y profunda su unión”. (CdM)
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