Películas en formato hogareño

Que estas apretadas líneas puedan orientar al lector ante títulos de enorme valía dentro de un cine que sirve al entretenimiento pero también al refinamiento artístico, tan necesario en los tiempos que corren.

Con el frío del invierno el formato hogareño es una buena alternativa para reencontrar films de notable calidad artística que integraron la cartelera cinematográfica, y también para descubrir otros que, sin haber pasado por los cines, se conocen en dvd o blu-ray. Varios tuvieron presencia en la última entrega de los Oscar. Una gran película —aunque ignorada a la hora de las estatuillas— es La llegada, del canadiense Denis Villeneuve, con Jeremy Renner, Forest Whitaker y el excepcional trabajo protagónico de Amy Adams. El realizador, el mismo de Incendies y Sicario, entrega una singular y fascinante pieza de ciencia-ficción basada en La historia de tu vida, una historia especulativa del escritor Ted Chiang publicada en 2002. ¿Cuál es la trama? Las naves extraterrestres llegan a la Tierra y es necesario pedir ayuda a una experta lingüista para tratar de establecer una vía de comunicación y conocer sus intenciones. Filmada con gran vuelo estilístico, se plantean reflexiones sobre el lenguaje, la memoria, el futuro y particularmente la construcción de un relato que trabaja en fast-forward, esto es, avanzar hacia el futuro, como el flash-back sirve narrativamente para ir al pasado (el fast-forward es más difícil narrativamente que el flash-back, siempre atado al recuerdo). Pero por sobre todo es un relato sobre la humanidad en la era de la comunicación.

En igual sentido, al menos en una de sus aristas, se encuentra la argentina El ciudadano ilustre, del dúo de directores Mariano Cohn y Gastón Duprat. Con el conocido humor satírico y el análisis sobre todo lo que rodea a la creación artística (ya reflejado en la muy recomendable El artista), presenta a un reconocido escritor de fama internacional que acepta visitar el pequeño pueblo al que nunca había regresado desde su juventud. Desde ese pasado se lo reconocerá como un hijo pródigo en una comunidad sin brillos, para después hacerlo presa de sus miserias. La sublime labor de Oscar Martínez no empaña el pulso de una historia que hilvana un paseo por las miserias humanas y, particularmente, el halo de decadencia cultural que se potencia gracias al grotesco, y convierte la estética de lo cotidiano en kitsch. Feroz crítica a las instituciones y a la debacle cultural, El ciudadano ilustre es una rara-avis de un cine argentino muchas veces proclive a la mitificación.

Pero dentro del mito, como alterador de realidades, nada ha tenido la contundencia del musical La La Land. Premiado éxito mundial, el film de Damien Chazelle es una evocación del cine musical, un género casi extinto. El argumento es sencillo: el amor entre dos jóvenes, una aspirante a actriz y un músico de jazz. Ahora bien, en la película subyace un interrogante: ¿cómo pueden equilibrarse los deseos profesionales con las aspiraciones personales? Si bien el dúo protagónico no se destaca por su brillo en la danza y el canto, deben señalarse algunos elementos de interés de La La Land. Por un lado, que se trata de una evocación con citas reconocibles y visualmente formidables, y asimismo un repaso por el género para darle quizás su último responso: en el mundo real, el ideal no existe y tampoco los finales felices. En el contraste de los sueños y la realidad mundana, el colofón del film añade una visión de época que vigoriza aún más su naturaleza evocativa o arqueológica.

Asimismo, para quienes busquen fantasía y esplendor visual, es muy destacable Animales fantásticos y dónde encontrarlos, considerada por algunos informal precuela de Harry Potter, pero mucho más romántica y soñadora que aquella saga del pequeño mago. Con una recreación de época igualmente impactante pero basada en un caso real, sin pasar por cines, puede encontrarse Pasión por las letras, de Michael Grandage, crónica del editor Max Perkins y estrella oculta detrás de grandes talentos literarios como Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y Thomas Wolfe, sobre cuyo vínculo se estructura el film. Basada en Max Perkins: editor of Genius, de Scott Berg, un reconocido elenco (Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman y Laura Linney) no bastó para su estreno en cines argentinos. En venta directa en formato doméstico, Pasión por las letras recrea el histórico vínculo y el revés de la trama de una profesión: ¿el editor mejora la labor del escritor o la cambia para siempre? —uno de los pensamientos de Perkins al editar a sus jóvenes talentos, hoy próceres de la literatura norteamericana—. Un film para atesorar.

Al cierre de esta edición se añaden dos títulos premiados con el Oscar para esta reseña de “cine de entrecasa”: el hondo drama social Manchester frente al mar, con un retrato agudo de la clase baja norteamericana y del conflicto familiar, social y laboral cuando nada se tiene; y, por otro, el controvertido y lacerante film húngaro El hijo de Saúl, de László Nemes, con la cotidianeidad de un “Sonderkommando” en un campo de concentración nazi que se entrega, quizás, al último acto de reserva moral. Que estas apretadas líneas puedan orientar al lector ante títulos de enorme valía dentro de un cine que sirve al entretenimiento pero también al refinamiento artístico, tan necesario en los tiempos que corren.

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Fuente: www.revistacriterio.com.ar

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