La fundación vaticana también desarrollará 30 programas de ayuda alimentaria en el mundo.
La fundación vaticana Populorum Progressio aprobó financiar 138 proyectos en 23 países de América Latina para ayudar a mitigar los efectos a corto y medio plazo que está teniendo la pandemia de coronavirus en la región.
Dicha fundación, que nació durante el pontificado de Juan Pablo II con el objetivo de ayudar a la promoción de los campesinos indígenas y afroamericanos más desfavorecidos en Latinoamérica y el Caribe, agregó en una nota que ya están en marcha otros 30 programas de ayuda alimentaria en los países más afectados por la pandemia. Los programas de ayuda han sido elegidos entre los centenares que se han enviado a la fundación durante los pasados meses.
Debido a la pandemia, la reunión del Consejo de Administración de la fundación, con sede en Bogotá, se celebró a finales de julio por vía telemática y fue presidida por el obispo Javier del Río Alba, arzobispo de Arequipa (Perú), como presidente de la Junta Directiva.
El presidente de la fundación, el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, al que pertenece la institución, “intervino en la reunión para agradecer y animar a sus miembros a seguir trabajando con dedicación y entusiasmo en nombre de quienes necesitan su apoyo en esta difícil situación”, se señaló en un comunicado.
A esta reunión anual asistieron activamente representantes del Comité de Intervenciones Caritativas en favor del Tercer Mundo de la Conferencia Episcopal Italiana, que financia la mayoría de los proyectos aprobados. Asimismo, estuvieron presentes delegados de Cross Catholic Outreach, una organización caritativa estadounidense que ha estado financiando un número importante de ellos desde 2018.
El comunicado añade que “se dio una bienvenida especial al coordinador de proyectos para América Latina de la organización española Manos Unidas que, por primera vez, estuvo presente en la reunión con el fin de sentar las bases de un compromiso conjunto entre la Fundación y la ONG de desarrollo de la Iglesia católica y de voluntarios que desde España promueve miles de iniciativas en todo el mundo”.
“Ante esta crisis de proporciones globales que estamos viviendo, estos proyectos pretenden ser un signo tangible de la caridad del Papa, así como un llamamiento a todos los cristianos y personas de buena voluntad para practicar cada vez mejor la virtud de la caridad y la solidaridad, asegurándose de que durante esta pandemia ‘nadie se quede atrás’, como el Santo Padre el Papa Francisco ha pedido”, añade la nota.
COMUNICADO COMPLETO
Ante la pandemia de COVID-19, un gesto de caridad del Papa: la Fundación Populorum Progressio financia 168 proyectos en 23 países de América Latina y el Caribe
La compleja crisis provocada por la pandemia de COVID-19 no impidió la celebración de la reunión anual del Consejo de Administración de la Fundación Populorum Progressio, celebrada los días 29 y 30 de julio de 2020 en modalidad telemática, durante la cual, además de analizar las consecuencias causadas por la pandemia de coronavirus en la región de América Latina y el Caribe, se seleccionaron 138 de los numerosos proyectos de desarrollo social presentados, centrándose principalmente en los que tienen por objeto contribuir a mitigar sus efectos a corto y mediano plazo, desarrollados por las comunidades y regiones más necesitadas.
Además de estos, otros 30 proyectos de ayuda alimentaria, ya en funcionamiento, fueron aprobados por el Consejo de Administración en junio, en respuesta a una petición del Papa Francisco, en virtud de la colaboración entre la Fundación y la Comisión Vaticana COVID-19, establecida por el Pontífice en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en colaboración con otros Dicasterios de la Curia Romana y otros organismos, con el fin de expresar la preocupación y el amor de la Iglesia por toda la familia humana ante esta pandemia. Por consiguiente, el total es de 168 proyectos en los que participan 23 países de América Latina y el Caribe.
La reunión fue presidida por el obispo Javier del Río Alba, arzobispo de Arequipa (Perú), como presidente de la Junta Directiva. El P. Luis Ferney López y el equipo operativo de la Secretaría aseguraron el perfecto desarrollo de la reunión.
El Presidente de la propia fundación, el cardenal Peter K. A. Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, al que está encomendada la fundación, intervino en la reunión para agradecer y animar a sus miembros a seguir trabajando con dedicación y entusiasmo en nombre de quienes necesitan su apoyo en esta difícil situación.
Muy significativa fue también la participación del secretario del Dicasterio, Mons. Bruno-Marie Duffé, quien en su mensaje destacó que “no se trata de prepararse para el futuro, sino de preparar el futuro”, citando al Papa Francisco y que “la caridad de la Iglesia debe ser un testimonio de fe y esperanza y la solidaridad debe ayudarnos a transformar el miedo en esperanza”.
Como es habitual, a esta reunión anual asistieron activamente representantes del Comité de Intervenciones Caritativas en favor del Tercer Mundo de la Conferencia Episcopal Italiana, que financia la mayoría de los proyectos aprobados. Asimismo, estuvieron presentes delegados de Cross Catholic Outreach, una organización caritativa estadounidense que ha estado financiando un número importante de ellos desde 2018.
Se dio una bienvenida especial al coordinador de proyectos para América Latina de la organización española Manos Unidas que, por primera vez, estuvo presente en la reunión con el fin de sentar las bases de un compromiso conjunto entre la Fundación y la ONG de desarrollo de la Iglesia católica y de voluntarios que desde España promueve miles de iniciativas en todo el mundo. No menos significativa fue la presencia del sacerdote Paulo César Barajas, de la Archidiócesis de Guadalajara, México, quien ha trabajado en el Dicasterio durante muchos años y colaborará con la Fundación.
Ante esta crisis de proporciones globales que estamos viviendo, estos proyectos pretenden ser un signo tangible de la caridad del Papa, así como un llamamiento a todos los cristianos y personas de buena voluntad para practicar cada vez mejor la virtud de la caridad y la solidaridad, asegurándose de que durante esta pandemia “nadie se quede atrás”, como el Santo Padre el Papa Francisco ha pedido. (RD/EFE)
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Fuente: www.religiondigital.org